La demanda considerada por la Corte Suprema la inició el tatuador Taiki Masuda, al que multaron con aproximadamente 1.400 dólares por tatuar a tres mujeres en 2014-2015 sin estar en posesión de una licencia médica para poner inyecciones.
Japón es uno de los pocos países donde los tatuajes son tratados con prejuicios. Muchos japoneses, especialmente mayores, creen que los tatuajes se los hacen solo los delincuentes. Por la misma razón, los tatuajes están prohibidos en la mayoría de los baños y piscinas públicas de agua caliente.
Con los preparativos para los Juegos Olímpicos de Tokio —que a causa del coronavirus tendrán lugar en 2021 en vez de 2020—, el tema de los tatuajes ha cobrado urgencia: espectadores de todo el mundo vendrán a Japón, muchos de ellos tatuados. La decisión del Tribunal Supremo puede considerarse un paso hacia la legalización de los dibujos en el cuerpo, si bien, el veredicto no tiene relación directa con la admisión de las personas tatuadas a las piscinas públicas.