Cuando se piensa en vida en otros planetas no es Venus el que se nos viene primero a la cabeza, sino otros como Marte o las lunas de Júpiter. La cercanía al Sol, las temperaturas de más de 400 grados y las grandes concentraciones de dióxido de carbono, habían casi descartado la posibilidad de vida en Venus.
"El hallazgo tiene que ver con la presencia de fosfina en las nubes de Venus. Es un gas tóxico, altamente inflamable, que existe en la atmósfera terrestre en muy bajas concentraciones", explicó la astrobióloga e investigadora del Conicet en Argentina Ximena Abrevaya.
"Se cree que es producido por actividad biológica, especialmente en zonas con poco oxígeno. En Venus este gas está en cantidades mucho más grandes", agregó.
Una de las posibilidades es que la fosfina en este planeta también sea generada por alguna forma de vida presente en sus nubes, pero no es la única. También existe la probabilidad de que el gas sea producido por algún proceso geoquímico, no vinculado a la presencia de microorganismos.
La astrobióloga aseguró que la presencia de vida en la superficie del planeta está descartada —por sus elevadas temperaturas—, pero sí podría estar "flotando en las nubes". De todas maneras, si esto se comprobara, sería sorprendente para la ciencia.
"Sería algo bastante atípico, diferente a lo que conocemos en la Tierra. Los microorganismos podrían tener características muy distintas a los nuestros pero de ser así tendríamos que tener la capacidad de detectarlos. Como las únicas formas de vida que conocemos son las terrestres, estamos sesgados en esa búsqueda", apuntó la investigadora.
La forma de resolver el enigma sería a través del envío de una sonda que viaje entre las nubes de Venus. La NASA propuso a los científicos que diseñen un robot aéreo que pueda formar parte de en una posible misión a este planeta en 2030.
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