Los investigadores del Instituto Paleontológico de la Academia de Ciencias de Rusia y del Instituto Unido de Investigaciones Nucleares han utilizado un microscopio electrónico para sacar estas imágenes en alta resolución de estos microalienígenas. Lo consiguieron cooperando con el famoso académico estadounidense Richard Hoover.
Los rastros de materia orgánica han estado hallándose durante muchos años en todas las condritas carbonáceas. Se trata de meteoritos que se formaron de la materia prima del sistema solar y que pudieron haber existido antes de que este apareciese. Orgueil no es una excepción. Si bien su edad actualmente se desconoce, los científicos no descartan que este meteorito pueda ser muy antiguo.
"Mucho se ha encontrado desde aquel entonces [1864], pero no fue interpretado adecuadamente para no asustar a la gente", explicó a Sputnik uno de los directivos del Instituto Unido de Investigaciones Nucleares, Alexéi Rozanov.
Además, en el interior del Orgueil se descubrieron fósiles similares a formas cocoides, las procariotas, los acritarcos, los protistas, los alveolados y algunas variedades de amebas. Los rastros de algas unicelulares fueron los últimos en hallarse.
Durante su investigación los científicos rusos buscaron vida dentro del meteorito y no en su superficie porque algunos de los microorganismos pudieron haber acabado pegándose a la roca tras su impacto contra la Tierra. Y los que se hallan en su interior pueden ser aquellos que el objeto había traído consigo desde el espacio.
"Como mínimo demostramos lo que se sabía desde hace más de 20 años, que hay vida en el espacio. Al menos la había", resumió el investigador ruso.