"Desde febrero hasta hoy 12.000 residentes menos: con la pesadilla del COVID-19, la ciudad pierde 2.000 habitantes cada mes", informó el rotativo.
Según el referido medio, hace un año la ciudad celebraba el registro del habitante número 1.400.000, que era un joven abogado, oriundo de Sicilia.
Esta tendencia de los últimos años se invirtió con la pandemia del coronavirus, la cual causó unos 2.200 decesos e impuso nuevas modalidades de trabajo, como el trabajo a distancia, que no requieren la presencia física de los empleados en la ciudad.
El crecimiento demográfico empezó después de 2010 y recibió un fuerte impulso con la Exposición Universal de Milán.
Sin embargo, el aumento de la población fue debido a la llegada masiva de personas provenientes de otras regiones italianas, mientras el saldo demográfico natural siempre fue negativo.
En palabras del alcalde de la capital lombarda, el descenso de la población es un fenómeno temporal y la ciudad tardará unos dos o tres años para volver a crecer.