Los especialistas soviéticos concibieron muchos dispositivos electrónicos modernos dos décadas antes de su aparición en el mercado. Uno de los proyectos prometedores en los que la URSS trabajó en los 80 fue Sphinx —el sistema comunicativo integrado superfuncional— cuyo desarrollo fue patrocinado por el Instituto de Ciencia e Investigación para la Estética Tecnológica de la URSS.
"Se me ocurrió la idea de dedicarme al diseño de electrodomésticos cuando trabajé en el congreso internacional El Futuro del Reloj en 1985. El enfoque sistemático hacia el diseño de dispositivos industriales para la vida cotidiana desde hacía mucho tiempo había sido el concepto principal de mi relación con el ambiente espacial", explicó Azrikán en su entrevista a Sputnik.
La idea del Instituto era despedirse de la televisión, las grabadoras, las computadoras y otros dispositivos como aparatos aislados al reemplazarlos con bloques unidos en un solo sistema.
"Estoy orgulloso de que el proyecto carezca de componentes ya que su objetivo era crear una integridad que no se pierde incluso si se introducen cambios radicales en el proyecto, dado que esta integridad es su característica fundamental", explicó.
"En otras palabras, el diseñador debe crear no objetos, sino mundos. En vez de un grupo de objetos aislados el hombre tiene que estar rodeado por sistemas armonizados. Sphinx fue concebido como un sistema de este tipo", agregó.
Tecnologías únicas para aquella época
El procesador central iba a recibir información tanto desde fuera —a través de la red inalámbrica o los cables— y, además, desde sus propios medios de almacenamiento. "El factor fundamental del funcionamiento de Sphinx sería la red internet, es decir, precisamente lo que une nuestros televisores, ordenadores, smartphones y portátiles hoy", señaló Dmitri Azrikán.
Precisamente el procesador central sería el dispositivo que recibiría comandos, los procesaría y difundiría las tareas entre los bloques que forman parte del sistema Sphinx. El sistema también preveía el uso de portadores especiales de información llamados discos o 'pétalos'. Estos medios podrían ser comparados con las unidades de estado sólido —SSD, en inglés— o las unidades de disco duro —HDD, en inglés—.
Estaba previsto que cada disco proveyese diferentes tipos de posibilidades de trabajo u ocio a cada uno de los miembros de la familia. Por ejemplo, un disco contendría películas y juegos, mientras que otro tendría almacenado en sí música o aplicaciones para estudios o trabajo. El procesador central transmitiría el contenido a la pantalla.
En la descripción del sistema Sphinx publicada en la revista soviética Estética Tecnológica fechada el año 1987 se puede ver tecnologías parecidas a videojuegos, servicios de videollamadas, televisores inteligentes contemporáneos y otras.
Había otro dispositivo que también se posicionaba como control remoto, pero de mayor tamaño, por lo que parecía un teclado. Sería posible conectar este control remoto a la pantalla de la tableta y de esta manera obtener algo parecido a un portátil moderno.
"Por ejemplo, se podría conectar la pantalla con el ordenador o transmitir las cadenas de televisión en ella. El control remoto y el teclado eran compatibles tanto con la pantalla como con otros dispositivos", relató a Sputnik Dmitri Azrikán.
Cómo el proyecto cayó en el olvido
Las tecnologías parecidas a las que serían usadas en el proyecto Sphinx aparecieron décadas después en los dispositivos producidos por gigantes tecnológicos como Apple o Google.
"Hay que decir que muchos elementos del proyecto fueron realizados en una u otra forma e independientemente de que fueran creados desde cero o se derivaran de él", señaló el diseñador.
El entrevistado puso de relieve que Sphinx solo fue un diseño y no un proyecto técnico finalizado y preparado para ser producido en masa. Se trataba de un proyecto sueño o una tarea, precisó. Azrikán subrayó que el equipo de creadores tuvo en su consideración los cambios emergentes en el diseño de componentes electrónicos y las posibles futuras mejoras.
"Yo no encontraba inspiración, sino que la contenía. Pero en serio, esta fue la inspiración inversa. Me irritaban cosas feas y patéticas que fueron y siguen siendo partes de nuestro entorno. Esta irritación con el paso del tiempo pasó a tener rasgos de mi creatividad. Hoy esto sigue siendo así", puntualizó.
Fue prácticamente imposible crear un modelo que funcionara por no hablar de la realización del sistema entero.
Cuando el Instituto de Ciencia e Investigación para la Estética Tecnológica se cerró en 1996 los esbozos y muchos documentos sobre el proyecto se destruyeron. No solo se trata del proyecto Sphinx, sino también de muchos otros. El modelo de Sphinx ahora permanece en el Museo de Diseño de Moscú.
"No lamento que el proyecto no fuera realizado. Es que no pudo ser realizado en aquella época, pero esto no está tan vinculado a razones tecnológicas como a razones culturales", puso de relieve el entrevistado.
Hoy en día Dmitri Azrikán trabaja en nuevos proyectos que pueden cambiar el formato de nuestras viviendas. Por ejemplo, ha elaborado una visión que propone 'elevar' la infraestructura urbana —en particular, diferentes edificios— para preservar los bosques debajo de ella.