"Por varias ocasiones nos sacaban de los centros de reclusión social intempestivamente con el fin de presionar que se involucre con nuestro testimonio anticipado a altos mandos jerárquicos y desde el Ejecutivo al economista Rafael Correa", dijo Chicaiza en una conferencia de prensa virtual desde Argentina.
Pese a sus afirmaciones Chicaiza no mostró pruebas y dijo que este era "un primer guión" y que la próxima semana presentaría comunicaciones, procesos, videos, entre otros.
Sostuvo que el caso es político y que fue usado por el exasesor presidencial Santiago Cuesta Caputi y el exministro del Ministerio del Interior José Serrano con la presión oficial del expresidente del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, Julio César Trujillo, y el exfiscal Paúl Pérez Reina.
Sin embargo, el exagente afirmó que dentro del proceso el 95% está en el ámbito jurídico y el 5% en el plano político, y a él se le puso a escoger entre los 9 años o acogerse a la cooperación eficaz.
El exagente añadió que solicitó refugio al gobierno argentino y al momento espera el documento que le acredite como tal.
Durante el juicio del caso Balda la Fiscalía presentó 20 testigos y documentos que señalaron que Chicaiza y la exagente Diana Falcón participaron en el secuestro por orden del exjefe de la Secretaría Nacional de Inteligencia Pablo Romero (actualmente en prisión) y con órdenes aprobadas por el expresidente Correa.
A mediados de agosto, un tribunal de la Corte de Justicia sentenció a Romero y Falcón a 9 años de cárcel como autor mediato del delito de secuestro agravado.
Correa al momento es considerado prófugo de la justicia pues sobre él pesa una orden de prisión preventiva.
El exmandatario vive en Bélgica, país de origen de su esposa, y no puede ser juzgado en ausencia.
Correa sostiene que no tuvo nada que ver con el secuestro de Balda y que es un perseguido político.