"Yo apruebo" y "yo rechazo" son las dos afirmaciones en las que se agrupa la sociedad chilena a la hora de apoyar o negar la posibilidad de la reforma, y bajo las cuales se estructuran los spot y mensajes de cada grupo.
El plebiscito se debería haber realizado el 26 de abril, pero fue suspendido por el impacto de la pandemia. Chile como el décimo país más afectado del mundo por el coronavirus con más de 400.000 contagiados y casi 11.000 muertos.
Grimaldi señaló que desde ningún ámbito está planteada la posibilidad de correr nuevamente la fecha. Pero remarcó que "el gran punto son las condiciones en que se van a realizar, distanciamiento social, etcétera, pero el problema es qué va a pasar con los contagiados, si van a tener o no el derecho a voto".
El entrevistado indicó que existen varias alternativas en torno a este asunto. Una parecería ser la más factible al punto que se presentó un proyecto de ley para permitir "la posibilidad de voto por correo".
Dos votos en uno
Son 14 millones las personas habilitadas para definir este 25 de octubre el futuro constitucional del país. Pero no será lo único que se decida. También se discute la modalidad por la cual se realizará la propuesta, en caso de que sea aceptada.
La primera es la más resistida por quienes quieren ya el cambio, que consiste en que la ciudadanía solo elija la mitad de los redactores de la nueva carta magna. La otra mitad surgirán de los legisladores electos en 2017, que entre ellos resolverán quienes asumirán esta tarea.
Por el contrario, la versión constitucional implica que todos los constituyentes sean electos de manera popular y directa. Sobre esta última alternativa, Grimaldi dijo que le parece la mejor en el sentido de que "es una forma, por así decirlo, de ventilar el sistema político para que surjan nuevos líderes".
El entrevistado también opinó que la nueva ley de leyes debería "cerrar la puerta al pasado dictatorial y mirar al futuro. No se trata de crear una Constitución con determinada visión política, sino que sea abierta y una a los chilenos y no los divida como la que viene del pasado".
Suéltame, pasado
"La Constitución tiene amarras superimportantes", afirmó Grimaldi al referirse a las transformaciones de fondo que aspiran a concretar los promotores del cambio, entre los que destacan organizaciones sociales, sindicales y partidos políticos de centro y centro izquierda.
En Chile 21 consideran que la Constitución debe ser reformada con la mira puesta en permitir a "gobiernos de diferente signo en adelante poder establecer, mediante leyes simples o con quórums menos complicados que los que tiene la actual, el modelo de sociedad que la gente quiera, una Constitución que permita el juego político y no lo cierre", opinó el analista.
"En la actualidad está cerrado ideológicamente hacia un modelo neoliberal", puntualizó el experto. "Sería un error tratar de cerrarlo hacia la izquierda incluso. Que no lo cierren a la derecha ni a la izquierda y nos pongamos de acuerdo en los mínimos democráticos esenciales para mirar hacia el futuro", concluyó.