Timothy calificó de "bastante extraordinario" el almuerzo del 27 de enero de 2017, durante el cual Trump le gritó a Flynn.
Según el funcionario británico, alguien mencionó de pasada que Vladímir Putin había pedido que lo llamaran. Y Trump "estalló de rabia" al enterarse de que no le habían informado sobre una llamada del presidente ruso.
"Si Putin quiere una llamada conmigo, pásemelo", gritó el presidente estadounidense delante de todo el mundo.
Según Timothy, el incidente le pareció "poco tranquilizador" tanto como "el estado mental" [de Trump], o "la estabilidad de la toma de decisiones en la Casa Blanca".