La idea se le ocurrió a Maxim Monajov hace cuatro años.
De hecho, no es un secreto que esta bebida gaseosa puede reaccionar violentamente a ciertos tipos de sustancias. Lo mismo ocurre si uno trata de tirar en la botella una bola de mentos. Sin embargo, para conseguir ese efecto el ingenio ruso decidió optar por el bicarbonato de sodio, ya que cuesta menos y reacciona mejor con el refresco.
Durante su experimento el bloguero y su equipo utilizaron dos enormes barriles metálicos: uno para la bebida gaseosa que encontraron en un vertedero y otro para soda. Tardaron varios días solo para limpiar la basura y la corrosión, aplanar las paredes y llenar las brechas del primer recipiente porque estaba en muy mal estado.
Aun así no lograron evitar contratiempos. Cuando empezaron a colocar el barril con el bicarbonato de sodio se dieron cuenta de que su fondo no estaba bien ajustado, y la sustancia empezó a colarse a través de unas pequeñas brechas que había entre las paredes. Al mismo tiempo tenían que apresurarse porque los gases de la bebida tienden a evaporarse muy rápidamente. Afortunadamente, lograron arreglar el problema a tiempo y su experimento les ha salido bien.