Un equipo internacional de investigadores analizó más de 18.000 páginas de correos electrónicos entre la compañía Coca-Cola en Atlanta, la Universidad de Virginia Occidental y la Universidad de Colorado.
Sin embargo, el reciente análisis reveló que este grupo fue financiado por Coca-Cola para maquillar la relación entre la obesidad y las bebidas azucaradas.
El equipo científico terminó siendo un grupo de vanguardia de Coca-Cola, y promovió la idea de que era la falta de ejercicio, no una mala dieta, la principal causa de obesidad en EEUU.
Asimismo, el grupo trató de ocultar el hecho de que Coca-Cola había financiado su investigación y la suma de dinero donado. La empresa financió directamente a GEBN, donando al menos 1,5 millones de dólares, y distribuyó varios millones más a los académicos afiliados a GEBN para realizar investigaciones.
Según el análisis, había dos principales estrategias. La primera consistía en ocultar a Coca-Cola como fuente de financiación y realizar pruebas basadas en la dieta y en cuestiones relacionadas con la salud pública.
Por ejemplo, en una cadena de correos electrónicos, los investigadores trataron de aumentar el número de asociados y donantes para que no pareciera que Coca-Cola era la fuente de financiación principal. También preguntaron sobre la política de las universidades de publicar el monto de las donaciones para no tener que revelar cuánto había aportado Coca-Cola.
Se trataba de encuentros de investigadores con miembros de la Legislatura de Virginia Occidental y de apoyar a un pequeño grupo de científicos llamado familia del correo electrónico de la mano de la entonces vicepresidenta de Coca-Cola Rhona Applebaum.
"Tener a académicos de la salud pública en una 'familia del correo electrónico' con Coca-Cola es como tener criminólogos en una familia de correo electrónico con Al Capone", declaró Ruskin.
El análisis se publicó en Public Health Nutrition.