"La posición de la canciller es que (...) hay serias dudas de que el acuerdo pueda ser aplicado con el espíritu previsto, teniendo en cuenta el desarrollo actual y las terribles pérdidas de selva que se observan", afirmó a la prensa el portavoz del Gobierno alemán, Steffen Seibert.
La entrada en vigor requiere el ajuste jurídico y técnico de los textos y la ratificación en los parlamentos de los países miembros del bloque sudamericano, del Parlamento Europeo y de los miembros de la UE.
El acuerdo abriría a los países del Mercosur un mercado de 500 millones de habitantes, mientras que los europeos podrían colocar sin restricciones sus productos en una región donde viven otros 300 millones de personas.
En octubre de 2019, Francia anunció que no firmará el acuerdo de libre comercio entre la UE y el Mercosur argumentando que Brasil "no respeta la selva amazónica" y "no respeta el Acuerdo de París (sobre cambio climático)".