El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) podría tener un presidente estadounidense por primera vez en sus 61 años de historia. La institución siempre fue presidida por latinoamericanos debido a un pacto realizado en sus orígenes que estableció que la vicepresidencia sería estadounidense, al igual que la sede ubicada en Washington.

Para la doctora en ciencia política Silvina Romano, coordinadora de la Unidad de Análisis EEUU y América Latina del CELAG, el posicionamiento del país tiene una importante carga simbólica. De todas formas, señaló, siempre fue el primus inter pares (primero entre iguales) del grupo, como lo es en todas las instituciones nacidas a partir del Banco Mundial originado en el acuerdo de Bretton Woods de 1944.
Si bien se trata de un banco interamericano, el BID está formado por 26 países miembros de América Latina y el Caribe, a los que se suman Japón, Canadá, varios miembros minoritarios de la Unión Europea y el propio EEUU. El poder de voto de cada uno depende del nivel de aporte de capital que haga. Así, solo la potencia norteamericana cuenta con 30% del poder de voto, mientras que todos los países de América Latina y el Caribe sumados tienen el 50% del poder de decisión.
¿Por qué ahora?
A pesar de que la influencia estadounidense sobre las políticas de la institución siempre fue fuerte, para Romano hay varios factores que provocan la postulación en este momento. Entre ellos se cuenta el apoyo estratégico de Gobiernos como los de Brasil o Bolivia que en administraciones anteriores se encontraban más distantes de Washington.
"Implica cuestionar y lograr una reversión en esta globalización de la economía en donde China tiene un rol fundamental en las cadenas de valor. En la que casi todos los productos estadounidenses requieren de algún material que, en diferentes etapas de su elaboración, pasó por China. Sean minerales, sea desarrollo tecnológico o lo que implique", dijo la entrevista a Sputnik.
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