El 18 de agosto, en Malí estalló un motín en la base militar situada cerca de la capital, Bamako. Los amotinados declararon que fueron arrestados el presiente del país, Ibrahim Boubacar Keita, y el primer ministro, Boubou Cisse.
El Consejo de Seguridad de la ONU estudia convocar una reunión extraordinaria para debatir la situación en Malí, según informó a Sputnik una fuente del CS.
"China sigue atentamente el desarrollo de la situación en Malí, nos pronunciamos en contra del cambio del poder con el uso de la fuerza militar y otros métodos ilegítimos", declaró Zhao Lijian.
También dijo que China respalda los esfuerzos de las respectivas organizaciones regionales e internacionales, en particular de la Unión Africana y la Comunidad Económica de Estados de África Occidental, dirigidos a promover la solución negociada del conflicto en Malí.
"Exhortamos a las respectivas partes de Malí a partir de los intereses vitales del país y del pueblo y solucionar divergencias de forma pacífica, mediante el diálogo, volver los más rápido posible a la normalidad y garantizar la estabilidad en el país y la unidad de su pueblo", señaló.
Las tensiones políticas en Malí siguen agudizándose desde la reelección de Ibrahim Boubacar Keita como presidente del país en agosto de 2018, en unos comicios marcados, según la oposición, por numerosas irregularidades.
Los grupos opositores intensificaron unas manifestaciones masivas en las últimas semanas en las que exigieron la dimisión de Keita. Al presidente, de 75 años, le acusan de corrupción, incapacidad para combatir a los insurgentes yihadistas que no paran sus ataques desde 2012, y de la crisis económica agravada por la pandemia del COVID-19.