Los promotores de esta campaña se encuentran ahora en una situación en la que, si no encuentran una explicación de las más increíbles de cómo Rusia —un 'país de borrachos' y en donde las calles están 'invadidas por osos'— logró ser el primero en elaborar una vacuna contra el COVID-19, se echaría abajo todo el relato rusofóbico que construyeron hasta ahora.
"Si Rusia le robó a Occidente los datos para producir su vacuna, ¿entonces cómo es que Occidente aún no tiene la vacuna? Ya hasta para mentir son idiotas", escribió al respecto el internauta Jesús Padrón, uno del sinnúmero de comentarios de esta índole que circulan en la red.
Esta opinión es compartida por el analista español André Abeledo Fernández, quien en entrevista con Radio Sputnik saludó la noticia de que ya se ha llegado a la segunda fase de ensayos clínicos de otra vacuna anticoronavirus rusa, la del Centro de Virología y Biotecnología Vector.
Un rol que está siendo cada vez más cuestionado por la propia ciudadanía occidental, habiendo un "despertar" acerca de quién es quién en el tablero mundial, donde la pandemia del coronavirus desnudó el egoísmo de EEUU, al tiempo que países como Rusia y China exhibieron los mejores ejemplos de lo que es la solidaridad y la hermandad con los que necesitan ayuda.