"No lo dijo en una conversación discreta telefónica, sino en una conversación oficial que tuvo la mesa directiva del Parlasur con un candidato importante, que fue presidente de Bolivia además", destacó Laborde al ser consultado sobre cómo estaba siguiendo el legislativo regional el derrotero boliviano.
Pero también concretó intercambios institucionales. "En dos ocasiones nos reunimos con el Tribunal Supremo Electoral (TSE) y con su presidente, Salvador Romero. Y también con Isabel Santos, representante de la Unión Europea para la delegación electoral en Bolivia", reseñó.
Sin comentarios
El 23 de julio el Ejecutivo de Jeanine Áñez informó que postergaba del 6 de septiembre al 18 de octubre los comicios para evitar una expansión mayor del coronavirus. Al tiempo, el expresidente Evo Morales denunció que intentaban proscribir al MAS alegando que el candidato Arce había violado leyes electorales al comentar una encuesta.
Para Laborde, lo más probable es que el MAS no sea apartado de la lucha electoral, por el descontrol que desataría una decisión como esa —"una guerra civil", de acuerdo con lo dicho por Mesa—, y además porque esa fue la sensación que le quedó tras el diálogo con el presidente del TSE.
"En la conversación que tuvimos con Romero no me da la impresión que avance con la proscripción de Luis Arce", expresó el entrevistado.
Las cosas por su nombre
"En Bolivia hubo un golpe de Estado, siempre es bueno recordarlo. El Parlasur al día siguiente determinó que la situación generada había sido un golpe", enfatizó Laborde.
En primer lugar, Áñez había convocado elecciones para enero. Pero las suspendió alegando falta de tiempo para organizarlas. Entonces las fijó para mayo. Pero tampoco respetó ese día y ante la falta de definiciones los partidos políticos acordaron realizarlas el 6 de septiembre.
"Esa es la batalla que dimos por las elecciones en Bolivia. Fue exitosa y ahora nos queda que sea transparente, que no haya proscripciones. Esta es la tarea que viene en los próximos 50 días", dijo Laborde, al referirse a las distintas acciones internas y externas que se desplegaron para presionar a las autoridades bolivianas a retomar la senda democrática.
El pacto electoral ratifica la fecha de 18 de octubre para la primera vuelta y el 29 de noviembre para la segunda, en caso de que sea necesario. Pero además se facultó al Ministerio Público a iniciar procesos penales a quien intente modificar o cambiar nuevamente la fecha de los comicios.
Laborde alertó que sin embargo "todo es posible, porque está claro que los responsables del golpe de Estado no quieren producir una sucesión electoral sino de facto, manejar Bolivia para poder disponer de cuestiones estratégicas como el litio".