Las condiciones de higiene y orden público se venían deteriorando en el centro de la localidad onubense. Lepe, tradicionalmente, ha venido siendo la 'ciudad dormitorio' de cientos de jornaleros que trabajan por toda la región. Muchos de estos trabajadores inmigrantes, procedentes del África subsahariana, han arribado a España de manera irregular, pero representan una indispensable mano de obra en la temporada agraria. El sector de la fresa es el motor de la economía del suroeste de España. Huelva produce prácticamente la totalidad de la fresa nacional, en 2018–19 su exportación aportó 471,5 millones de euros, según la Junta de Andalucía.
Fuentes municipales enfatizan a Sputnik que el desalojo se ha desarrollado de "manera pacífica y sin incidentes, además previamente se les ha ofrecido a los jornaleros, en repetidas ocasiones, alternativa habitacional, tanto en hostales de Lepe como en localidades cercanas, pero la respuesta ha sido negativa".
Sobre la situación actual de los desalojados, el equipo municipal entiende que estarán conviviendo con otros jornaleros, "acogidos por compañeros", una vez han sido desalojados de la plaza del Ayuntamiento.
"Nos sentimos como una pelota que viene y va", nos cuenta Amadou Doumbia, uno de los trabajadores africanos con más experiencia en la región. Amadou habla español perfectamente y trabaja para coordinar un movimiento que dé más garantías a los temporeros. Ha creado la plataforma "Solución Asentamientos", que viene denunciando el "racismo institucional" presente en la región. "No solo somos manos de obra, somos el apersonas".
Simpapeles
Uno de los problemas que tanto el Ayuntamiento como los temporeros confiesan es la presencia de trabajadores irregulares y sin acreditación alguna. Desde el Ayuntamiento señalan que "Lepe cuenta con una comunidad extranjera de más de 5.000 personas que viven en casas y apartamentos, no en asentamientos, obviamente". Los asentamientos son para los simpapeles, "¿quién va a querer alquilar su piso a un indocumentado, el propietario de la vivienda podría incurrir en un delito?".
En este sentido, la organización más activa tras el incendio del asentamiento, Asnuci, vuelve a señalar que "esto no es una mera cuestión municipal, es un problema estructural", explica Alba Rudolph. "Es que ellos no tienen alojamiento de ningún tipo a su disposición, ellos quieren alquilar una vivienda, no que se la den, pero tenemos un problema de falta de alquiler general, el resultado es que se cronifican los asentamientos chabolistas".
🆘🆘🆘 ESTA MADRUGADA UN NUEVO INCENDIO❗️❗️❗️❗️
— ASNUCI (@asnuci) July 17, 2020
Arde el otro asentamiento más grande de Lepe, el segundo en esta semana. Más de 400 personas viven allí!
Esto no puede ser una casualidad!
NOS ESTÁN QUEMANDO LAS CASAS, esto es insufrible! pic.twitter.com/JGuFvQ5X5P
Sin techo, sin documentación y con la temporada de la fresa concluida, los jornaleros levantan la ceja indignados. "Hay mucha hipocresía. Los mismos que estaban en las chabolas son los únicos que han hecho posible esta campaña de este año, hay que recordar que las fronteras han estado cerradas", nos cuenta Amadou.
"Si los trabajadores irregulares no han tenido problemas para trabajar, han sido contratados sin problema para recoger la cosecha, ¿por qué ahora que termina la campaña, sí es el momento de señalar que no tenemos papeles?".
Sin puerta a la que llamar
El Ayuntamiento señala que las medidas para solucionar el problema habitacional exceden de sus competencias. "Desde hace años padecemos un problema habitacional, pero también legal, porque no podemos legalizar la situación de estas personas".
La subdelegación de Gobierno explica a Sputnik que la cuestión habitacional es "una cuestión meramente municipal". Lo cierto es que tras el desalojo no ha habido una alternativa estable para los temporeros. A finales de julio, ante "la falta de respuesta por parte de la Junta de Andalucía y del municipio", aseguró la subdelegada del Gobierno de Huelva, Manuela Parralo, el Gobierno trasladó al ejército en busca de alternativas que, sin embargo y a pesar del despliegue, no llegaron. Los militares descartaron el traslado al polígono industrial de La Gravera que proponía el Ayuntamiento, donde no era "posible la habitabilidad con unas mínimas condiciones".
Efectivos del AALOG 21 @EjercitoTierra se han desplazado hasta Lepe (Huelva) para estudiar la instalación de tiendas, literas, y material de habitabilidad, con el fin de ayudar a prevenir posibles contagios por #COVID19 en los asentamientos.#EsteVirusLoParamosUnidos pic.twitter.com/MFW5Z60qjG
— Ministerio Defensa (@Defensagob) July 25, 2020
Desde la subdelegación urgen al Ayuntamiento a buscar soluciones, sobre todo ante el riesgo sanitario que implica tener a jornaleros sin techo y sin unas mínimas condiciones de higiene malviviendo.
El propio Defensor del Pueblo Andaluz, visitó la zona y se reunió con las principales ONGs y asociaciones implicadas, Asnuci, Asisti, Cepaim, Cruz Roja y Cáritas. El responsable en funciones de la defensoría pidió una respuesta coordinada que, finalmente, no ha llegado. Los jornaleros ya no están en la plaza, ya no se les ve, pero ninguna administración les ha procurado soluciones, simplemente el problema se ha pospuesto.
Luz al final del túnel
Amadou se muestra resignado sobre el futuro en Lepe. Recuerda que no es posible que los jornaleros irregulares simplemente puedan desaparecer cuando ya no es temporada de fresa. Reclama más humanidad, y una respuesta proporcional al trabajo que los inmigrantes ofrecen. "Otras localidades como Cartaya o Rociana sí han habilitado casas prefabricadas para los trabajadores, ¿por qué no en Lepe?", se cuestiona Amadou, quien también vive en un asentamiento.
Ante la deriva de las administraciones, asociaciones como ASNUCI, integradas en gran parte por los propios residentes de las chabolas y migrantes, ha iniciado una campaña para construir una estancia temporal para inmigrantes sin hogar a través de crowfunding en redes. "Es solo un ejemplo de las alternativas que podemos ofrecer, esperamos que esté en funcionamiento en dos meses y cuenta con 40 plazas", detalla Alba Rudolph, esperanzada de que esta iniciativa privada y solidaria, aliente una convivencia más sana en la región.
Una localidad polarizada
La presencia de los jornaleros durante casi un mes ante el Ayuntamiento ha crispado considerablemente los ánimos en Lepe. La noticia del desalojo ha implicado reacciones enfrentadas en las redes sociales municipales.
"Tanta pena os da contactar con el Ayuntamiento para llamar a alguno [de los jornaleros] y meterlos en vuestras casas", comenta un vecino que rechaza las exigencias de solidaridad para los inmigrantes. En esta misma línea, otra usuaria escribe "si no están bien que se vayan a su país".
Sin embargo, otras reacciones son más críticas con la gestión municipal. "¿Esto es a lo máximo que llegáis? Desalojar a las personas sin ninguna alternativa y poner la rancia frase de que estáis buscando soluciones?”, otra usuaria asegura que la localidad espera soluciones para el problema "no solamente porque son seres humanos y trabajadores y, por ello, tienen derechos que nadie puede negar, sino porque una parte importante del PIB de su pueblo".
Las acusaciones de hipocresía y xenofobia inundan la blogosfera lepera, mientras, los jornaleros de Mali y Senegal ya no están en la plaza. ¿Dónde duermen y de qué viven? Nadie parece querer saberlo, la temporada de fresa no volverá hasta el año que viene.