Apu es un vocablo de origen quechua que significa cerro, una presencia natural que, dentro de la cosmovisión de los pueblos de los Andes, encarna nociones como protección, veneración, sabiduría o respeto. Este vocablo, con el tiempo, se ha hecho extensivo a las culturas de la selva, las que, a su vez, han trasladado toda su carga semántica a sus líderes.
Primera baja
Con la ferocidad del virus arrastrando vidas de indígenas por cientos, el 7 de mayo se informó, desde la Organización Regional de los Pueblos Indígenas del Oriente (ORPIO), sobre la muerte por COVID-19 del apu Humberto Chota, líder de la etnia ticuna y yagua. Su deceso se produjo en la zona de la triple frontera con Colombia y Brasil.
¿Pero por qué la muerte de un apu es de especial gravedad para las comunidades? Beatriz Huertas es antropóloga, especializada en cultura amazónica y asesora externa para ORPIO. Ella explica: "Un apu es la persona elegida por una comunidad para representarla, para canalizar sus propuestas, sus necesidades y demandas ante el Estado y la sociedad. El apu es una figura política muy importante porque es la persona que hace puente con el Estado, aunque no solamente eso".
A la muerte del apu Humberto Chota ha seguido la del apu Santiago Manuín, de la etnia awajún, el 1 de julio; luego la del apu Benjamín Rodríguez, de la etnia muruy, el 16 de julio; luego la del apu Lyndon Pishagua, de la etnia yanesha, el 26 de julio. Todos por COVID-19.
Los modos de la muerte
Estas pérdidas también han afectado la cultura de las comunidades a las que representaban los líderes, pues estos son percibidos como portadores de conocimientos y costumbres ancestrales, entre los que se cuentan también saberes sobre medicina tradicional, un recurso al que han apelado fuertemente los pueblos amazónicos para atenuar el impacto del nuevo virus.
Huertas explica que, si bien los apus son en el corto plazo reemplazados por otros elegidos por la comunidad, los modos de la muerte que ha implantado la pandemia han trastocado los ritos fúnebres que eran costumbre para los pueblos al momento de despedir a personas de tanta importancia.
"Esta manera de morir, sin ceremonias ni rituales posibles, también ha significado un golpe a la moral colectiva de los pueblos. Es duro para una comunidad no sólo la muerte de su líder sino la manera cómo murió", explica la antropóloga.
En ese sentido, se debe entender el castigo de la pandemia como un golpe que también desorienta a los grupos indígenas, pues los apus son percibidos como sabios y consejeros, por lo que su desaparición deja en una relativa acefalía y orfandad a quienes, además, viven bajo el miedo del enemigo invisible que merodea entre la vegetación circundante.