Las propias comunidades y organizaciones nacionales e internacionales reclaman apoyo para proteger a los pueblos originarios.
La embajadora de buena voluntad de Filac, María Fernanda Espinosa, expresidenta de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas, alertó del riesgo de extinción de los pueblos indígenas.
"Este segundo informe nos devela que hay comunidades que están en riesgo de desaparecer por el desplazamiento de la COVID-19 hacia los territorios indígenas", indicó Espinosa, excanciller ecuatoriana, consigna Filac en la red social Twitter.
Situación país por país
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) llamó el martes la atención sobre el riesgo de supervivencia del pequeño pueblo nómada Yuqui, de Bolivia, como consecuencia del COVID-19.
"Se reportan 16 personas contagiadas, el 5,3% de una población de 300 personas, lo que podría representar grave riesgo para la supervivencia del pueblo indígena", dijo la CIDH en Twitter.
La estatal Secretaría Especial de Salud Indígena contabiliza como nativos afectados por COVID-19 a los que viven en las aldeas, pero no a los que residen en núcleos urbanos.
Los indígenas brasileños lamentan la falta de control sobre todo en los accesos a sus tierras, que son invadidas por madereros, cazadores, entre otros; el caso es especialmente grave en la tierra Yanomami (frontera con Venezuela), donde viven casi 27.000 indígenas.
La Fiscalía del estado brasileño de Roraima (norte) exigió a principios de este mes que el Gobierno tome medidas urgentes.
Medidas en Brasil
El Gobierno brasileño puso en marcha esta semana una operación especial para proteger del COVID-19 a los indígenas del Valle del Javari (en el estado de Amazonas, norte, en la frontera con Perú).
La ley determina que las acciones del Gobierno deben tener en cuenta la organización social, las costumbres y el derecho territorial de los pueblos tradicionales.
Las comunidades deberán tener acceso a agua potable, medicamentos, alimentos, material de higiene y a camas de cuidados intensivos.
Al inicio de la pandemia, en el estado de Amazonas, donde se concentra la mayoría de la población indígena, tan sólo había un hospital con unidad de cuidados intensivos, en Manaos, la capital.
El miércoles murió por COVID-19 en Pará (norte) el líder indígena Paulo Paiakan, uno de los mayores íconos de la defensa de la Amazonía, informaron activistas.
Colombia, Perú y Ecuador
En Colombia hay 33 pueblos originarios afectados por COVID-19, se han infectado 906 indígenas y 29 fallecieron por esta causa, informó el miércoles la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC).
También solicitó que se destine al menos un 5% del total de pruebas de tamizaje a comunidades indígenas que presentan más riesgo.
En Perú, los registros oficiales de fallecidos por la pandemia no indican grupos étnicos, por lo que no se sabe cuántos indígenas han muerto por COVID-19.
La Organización de los Pueblos Indígenas del Oriente, institución que agrupa a nativos de la Amazonía, afirma que hasta el 16 de junio había contabilizado 14 fallecidos en comunidades originarias de la selva.
Según cifras del Ministerio de Salud, en los tres departamentos peruanos que componen la Amazonía oriental (Loreto, Ucayali y Madre de Dios), el total de fallecidos es de 466, mientras que los contagiados son 3.902; aunque no todos los muertos e infectados son indígenas.
En tanto, la comunidad Waorani, de la Amazonía de Ecuador, pidió el miércoles a las autoridades que coordine acciones para contener la propagación de COVID-19 en pueblos dentro de la zona intangible Tagaeri Taromenane.
En la Amazonía ecuatoriana hay 599 casos de COVID-19 y 27 indígenas fallecidos, informó el miércoles en Twitter la Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana (Confeniae).