Elizaveta Fedorovna Románova fue la cuñada del último zar ruso que fue ejecutado a sangre fría junto a su familia. Ella y su hermana Alexandra, la última emperatriz y esposa de Nicolás II, fueron muy religiosas desde su infancia, por eso cuando formaron parte de la familia real rusa, ambas se convirtieron al cristianismo ortodoxo y se dedicaron a realizar obras de caridad.
Desde entonces, Elizaveta mantuvo un estilo de vida piadoso y caritativo aún después de haberse casado con el duque Serguéi Alexandrovich Románov, tío de Nicolás II, quien fue un hombre muy influyente y se desempeñaba como gobernador general de Moscú.
Princess, Grand Duchess, Abbess, Mother Superior, Martyr.
— paul (@actionScript3) February 19, 2019
St+++ Elizabeth Feodorovna Romanova pic.twitter.com/Rc4LS6WwTD
Elizaveta y su esposo hicieron una peregrinación a Tierra Santa y durante mucho tiempo presidieron la Sociedad Palestina Ortodoxa Imperial, que organizaba misiones humanitarias. Hasta que en 1905 su esposo fue asesinado en un atentado terrorista con una bomba, pero Elizaveta era tan bondadosa y misericordiosa que inclusive visitó al asesino de su esposo en la prisión e intervino por su perdón ante el zar, pero sus peticiones no fueron aceptadas.
Entonces, Elizaveta decidió fundar un convento en Moscú donde continuó realizando sus obras caritativas para los pobres hasta 1918 cuando fue arrestada por los bolcheviques. Junto a otros miembros de la familia real Románov, fue arrojada a un pozo de mina en Ekaterimburgo donde sufrió una muerte larga y dolorosa.
Los relatos de los habitantes del lugar cuentan que varios días después de que fueron arrojados a ese pozo de mina se escuchaban oraciones y cánticos religiosos. Cuando los bolcheviques se habían retirado, las tropas de la Guardia monárquica recuperaron los cuerpos de los miembros reales para sepultarlos. Sin embargo, los restos de Elizaveta fueron llevados hasta Jerusalén donde fue enterrada según su deseo.
Es así que varios años después, la Iglesia ortodoxa rusa canonizó a Elizaveta.
New Martyrs Abbess Elizabeth (Romanova) and Nun Barbara, and those with them: John, Igor, Constantine, Sergius, and Vladimir, princes, and Theodore, at Alapaevsk (1918) (July 5/18) pic.twitter.com/WqmqsKEEVp
— Catalina Chatellier (@ChCatalina1) July 4, 2019
En 1998, la iglesia colegiata de San Pedro de Westminster, también conocida como abadía de Westminster, decidió colocar las estatuas de los grandes mártires del siglo XX en su muro, entre ellos está Elizaveta Feodorovna Románova, según publica el medio Russia Beyond.
Sin embargo, existe otra razón por la que su figura se inmortalizó precisamente en el Reino Unido y es que ella y su hermana Alexandra era nietas de la reina Victoria con quien se criaron luego de que su madre Alice muriera con difteria y su padre, el duque Luis IV de Hesse-Darmstadt, se volviera a casar con otra mujer.