Organizaciones ambientales reclaman medidas contra las redes y más protección en los mares, solo el 3% de la superficie oceánica está protegida.
Las esperanzas de encontrar al cachalote Toño se diluyen en el océano. A pesar de la repetida búsqueda del Centro de Gestión del Medio Marino Andaluz (CEGMA), Guardia Civil, voluntarios de la Comisión Ballenera Internacional o el Centro de Conservación de Animales Marinos (CECAM) de Ceuta… pero el rastro del enorme cachalote se ha perdido. Toño fue filmado el 10 de julio en las aguas del Estrecho de Gibraltar, estaba envuelto en una enorme red de pesca.
Las imágenes muestran al majestuoso animal envuelto en lo que parece ser una red de deriva, habitualmente empleada para la pesca de grandes especies como tiburones, atunes o peces espada y que están prohibidas desde 2005 debido a su impacto en especies migratorias como tortugas o cetáceos.
El autor del triste vídeo no es otro que el campeón del mundo de fotografía submarina Rafael Fernández Caballero, que con un permiso especial del MITECO para estudiar la actividad de cetáceos, registró la dramática situación.
"He estado en aguas de todo el mundo siguiendo a grandes cetáceos, pero esta experiencia ha sido verdaderamente triste", narra a Sputnik, "los cachalotes son especiales, son mamíferos y tienen una inteligencia increíble, son muy comunicativos, cuando me sumergí confirmé que tenía la cabeza envuelta en la red. Apenas se movía, me miró y noté que tenía miedo e incertidumbre por estar atrapado", poco después el cachalote se sumergió para no volver a ser visto.
La expedición de Rafael tuvo que regresar a tierra por un repentino fuerte viento de levante. Desde entonces, la búsqueda de Toño es infructuosa. Lo preocupante es que la red le cubría la boca, "no sé cómo podrá alimentarse, aún así creo que podría sobrevivir unos 30 día más, no pierdo la esperanza de que lo encontremos y podamos ayudarle, hay muchos ojos buscándole", explica el fotógrafo.
Las aguas del Estrecho son un verdadero santuario para estas especies. El cachalote está catalogado como especie en peligro por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), aunque poco a poco, en el Mediterráneo la especie recobra el pulso, gracias a los fondos de las Islas Baleares, el mar de Liguria y sobre todo, las aguas del Estrecho, donde conviven 7 especies de cetáceos, desde ballenas a orcas o peces luna. "El Estrecho es mágico, es muy profundo, por lo que además de ser un espacio de tránsito migratorio para cetáceos, también es un lugar de residencia bastante cómodo y de cría, este verano hemos registrado el paso, por ejemplo, de miles de rorcuales", relata Rafael. Agrupaciones ambientalistas, como el departamento científico de Turmares, llevan años registrando la actividad marina de este espacio con un libro que identifica a 46 cachalotes desde 2015.
Amenazas para la macrofauna
Pero el Estrecho de Gibraltar tiene otras características menos positivas para estos animales. El tráfico marino es enorme, el sonido de los barcos produce un efecto letal para los cetáceos que se desorientan y en ocasiones han llegado a ser atropellados por los navíos. Los fast–ferrys son la embarcación más peligrosa, pero la contaminación es otro factor de amenaza, las necropsias practicadas a las grandes especies suelen revelar la ingesta masiva de enormes cantidades de plástico.
Pero, como demuestra el caso de Toño, la interacción humana es especialmente peligrosa a través de las redes de pesca. "Este no es un caso aislado, esa misma semana en Italia había otros dos cachalotes atrapados en redes, otra ballena con la cola cortada, y hay varios casos más, calculando que lo que vemos y registramos es solo un pequeño porcentaje de lo que hay en el mar, estamos ante un problema muy grave", nos cuenta Eva Carpinelli, directora de la asociación ambientalista Nereide que alerta de la existencia de miles redes mortales en el mar. Aunque la ley europea es restrictiva, no sucede igual en el litoral sur del Mediterráneo, donde las redes de deriva son habituales, añadidas a las redes fantasmas, que quedaron a la deriva y que nadie ha recogido, "son trampas para muchos animales que ni siquiera son comestibles o comerciables y que no son target de esas redes".
En Italia ya es la 2ª vez que rescatan a una ballena enredada en una red de pesca abandonada.
— WWF España 🐼 (@WWFespana) July 21, 2020
En España, el cachalote Toño aún está enredado y sin saber dónde y cómo está 😥 @mitecogob #SalvarAToño#SalvadAToño
vía @ElFarodeCeutahttps://t.co/gX6RBy19QZ https://t.co/bBPFFhKQbj
Las asociaciones ambientalistas reclaman más protección en los océanos. En concreto, referente a las redes, la legislación europea —denuncian desde Nereide— es muy compleja y cuenta con controles laxos respecto a su cumplimiento.
"Es absurdo que haya normativas diferentes y usos ilegales tan normalizados de redes de deriva, un cachalote no sabe de fronteras, el mar es el mismo para todos estos países", explica Carpinelli.
Salvar a Toño está en tu mano
Las asociaciones ambientalistas recuerdan el poder de cada persona para actuar ante esta situación. Como consumidores, destacan desde Nereide, se puede fomentar la pesca sostenible, por un lado, comprando productos en cercanía y por otro lado, con más educación y concienciación.
Perder especímenes como Toño de una manera tan accidental y evitable es especialmente grave por el tipo de animal del que se trata.
"Todas las especies son relevantes y esenciales desde un punto de vista biológico", opina Rafael Fernández, "pero los cachalotes, los cetáceos, tienen algo único, para mí son como mágicos y de hecho, a lo largo de la historia, tienen una dimensión casi espiritual para el hombre, son los reyes del océano". Reyes que, a pesar de su capacidad de interactuar con las personas y a pesar de su inteligencia, corren el riesgo de ser destronados y desaparecer como Toño.