De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la demencia afecta diversos aspectos de la vida de una persona, desde la memoria y el pensamiento, hasta la comprensión y el juicio. Es causada por distintas enfermedades y lesiones que afectan al cerebro.
Sin embargo, la demencia en la vejez puede ser evitada. A continuación, te contamos qué recomienda la OMS para reducir el riesgo de padecer demencia en la tercera edad.
Hacer ejercicios regularmente
Estudios muestran que hacer ejercicio al menos una vez a la semana reduce el riesgo de demencia en un 20%, apunta The Daily Mail. El beneficio de la práctica se aplica incluso si es adoptada ya en una fase tardía de la vida adulta.
No fumar
Entre los muchos riesgos que ofrecen los cigarrillos, se encuentra un aumentado riesgo de padecer demencia. La buena noticia es que nunca es tarde para abandonar este mal hábito. Si logras dejar de fumar durante al menos cuatro años, incluso si lo haces después de convertirse en un sexagenario, el riesgo de demencia se reducirá considerablemente en los próximos ocho años.
Evitar el consumo excesivo de alcohol
Controlar el peso
Según datos de la OMS del 2016, un 13% de la población mundial adulta padece obesidad. Estudios recientes han asociado la obesidad a un aumento del 30% en el riesgo de demencia. Controlar el peso es esencial para tener una buena salud en la vejez.
Cuidar el corazón
Mantener un corazón saludable garantiza también la salud del cerebro. Una enfermedad cardíaca puede causar daños a los pequeños vasos que suministran sangre al cerebro, lo que hará más difícil para el oxígeno y los nutrientes llegar a las células cerebrales. El mal funcionamiento de estas células puede conducir a la demencia. Mantener adecuada la tensión arterial, así como los niveles de colesterol y glucosa en la sangre son clave para una buena salud cardíaca. Una alimentación saludable también desarrolla importante papel en este aspecto.
De momento, no existe en el mundo ningún tratamiento comprobado científicamente para curar la demencia o revertir su evolución progresiva. Un cambio a un estilo de vida saludable, incluso ya en la mediana edad, sigue siendo la manera más eficiente de evitar esta condición.