"Estamos viviendo una situación de crisis terrible. Es interesante ver si los rituales se van a modificar, readaptar o recuperar tal como eran antes", dijo a Sputnik María Esther Mercado, antropóloga quechua de Cochabamba (Bolivia).
"Mis estudiantes me decían: '¿cómo vamos a chayar sin bebida y qoa? La gran pregunta era '¿qué hacemos?'. La esencia de la celebración de la Pachamama está en el olor de la qoa, es algo muy corporal, telúrico. Les dije que podían reinventar el ritual, pero me decían que no, porque no era algo individual, sino colectivo", contó a Sputnik Lourdes Saavedra, socióloga y psicóloga quechua de Cochabamba.
¿En qué consisten las celebraciones?
Todos los años, en la medianoche del 31 de julio y el comienzo del 1 de agosto, los indígenas andinos celebran a la Pachamama (Madre Tierra) ofrendándole comida y bebida, para agradecer y festejar su ciclo vital. Las celebraciones "tienen un sentido identitario frente a la naturaleza, el ciclo agrario", aseguró Mercado. En mayo se ara la tierra, en junio, julio y agosto "descansa", en septiembre comienzan las siembras.
"Todas las cosas y manifestaciones son celebraciones de reciprocidad y correspondencia. Ahí se puede articular el tiempo del trabajo, naturaleza, comunidad de hombres y mujeres. Todo esto se refleja con la convivencia pacífica y armónica con la Pachamama y el resto del cosmos", aseguró.
Sin embargo, el día "sagrado" para las comunidades indígenas andinas es el 2 de agosto, porque "su complemento es febrero: agosto es seco, del hombre y el sol; y febrero es el mes de la mujer, de la humedad, la fertilidad y la abundancia", dijo Mercado.
Características del ritual de inicio del Mes de la Pachamama
- Se realiza en la medianoche del 31 de julio y comienzo del 1 de agosto "porque siempre se necesitan dos para la unidad".
- Principalmente los rituales los realizan los hombres, porque medio año es dedicado al hombre, que comienza el 21 de abril y termina el 21 de septiembre.
- Se celebran en las comunidades tradicionales indígenas, principalmente en los cerros de Bolivia, en Perú, Ecuador, y el norte de Argentina; lugares donde hay muchos indígenas quechuas y aymaras. "Se hacen en función de la relación que sostengas con la naturaleza. ¿Por qué no se trasladan a las ciudades? Porque no hay esa relación con la tierra en la ciudad", explicó Mercado.
¿Qué impacto ha tenido el COVID-19 en las celebraciones de la Pachamama?
Saavedra asegura que la ausencia de rituales se "ha hecho sentir", y que ha generado un impacto en:
- La cohesión social: ante la imposibilidad del contacto y celebración colectiva de la Madre Tierra, considera que se está "fracturando el tejido social, ya que las personas están viviendo con pánico. La emergencia sanitaria hace que exista un sentimiento de desolación".
El ritual, como parte operativa del mito, "no poder ejecutar el ritual para que la Pachamama nos dé sus dones genera la sensación de abandono, desesperanza".
- El imaginario social: "La Pachamama es una especie de ordenador simbólico de lo que está dado por el anhelo del hombre de sentirse protegido", indicó. "Un esquema mental que tenían fijo, que era como una entidad de protección, ya no está", aseguró Saveedra. Lo que supone traerá cambios en la forma de pensar colectivamente estos rituales.
- La concepción del tiempo: la celebración de la Pachamama "permite cerrar un ciclo y empezar otro" porque representa el nacimiento y muerte dentro de la visión holística del tiempo y el espacio; ante la suspensión impuesta del ritual, se planta la incertidumbre.