Según informó la entidad financiera en un comunicado, este ajuste "da lugar a una pérdida atribuida de 10.798 millones de euros en el primer semestre".
"Este ajuste obedece al deterioro de las perspectivas económicas como consecuencia de la crisis de la COVID-19 y no afecta a la liquidez", añade el comunicado.
En concreto, el ajuste acometido tiene un efecto en caja de 12.600 millones de euros, pero su impacto se ve ligeramente paliado por los 1.908 millones de beneficios ordinarios en el primer semestre de 2020 (una cifra un 48% menor que en el mismo periodo del año anterior).
Además de estas pérdidas históricas, el banco también anunció que pagará un dividendo correspondiente a 2019 a través de nuevas acciones con un valor de 0,10 euros por acción.
De cara a 2020, la esperanza del Banco Santander es poder pagar en efectivo los dividendos con cargo a los resultados del ejercicio actual, algo que el Banco Central Europeo desaconseja.
"El consejo tiene la intención de aplicar una política de dividendo 100% en efectivo tan pronto como las condiciones de mercado se normalicen, sujeto a la recomendación y las aprobaciones regulatorias, y hemos reservado capital este trimestre para poder hacerlo", declaró Ana Botín, presidenta de la entidad.
Los anuncios del Banco Santander fueron respondidos con una caída en bolsa del 4,66% casi al término de la sesión, lo que coloca a la entidad como el actor que más pierde en una jornada en que el Ibex 35 —índice bursátil de referencia en España— cae un 0,56%.