Las pequeñas y medianas empresas (pymes) argentinas lidian con más de cuatro meses de cuarentena, que volverá a ser dilatada esta semana. En todo el país existen unas 600.000. Un tercio se hallan en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), que abarca la capital y 40 municipios adyacentes de la provincia bonaerense, según informó a Sputnik la Asamblea de Pequeños y Medianos Empresarios (Apyme).
Sólo el 80% de los comercios de proximidad en la capital pudieron reanudar la atención al público desde que el Gobierno local flexibilizara desde el 20 de julio las condiciones de la cuarentena. Casi el 55% de estos negocios reconoce haber facturado menos del 25% en relación a los días previos al confinamiento.
Frágil subsistencia
Con esta visión coincide Apyme, que representa unos 3.000 pymes de todo el país. "Los comerciantes son los más golpeados por esta situación. La mayoría de los que han abierto tienen un 25% de los ingresos de una jornada normal", señala a Sputnik el vicepresidente del organismo, Julián Moreno.
Las industrias en la provincia de Buenos Aires también pudieron retomar sus labores desde el 20 de julio, "pero apenas para reponer algo de stock y atender la demanda acumulada en estos cuatro meses, pero sin demasiada expectativa por los días que vienen ante un mercado que se muestra deprimido", añade.
En la ampliación de esta iniciativa fueron excluidas las compañías que en junio mejoraron su facturación hasta un 30% interanual, pero sí accederán a préstamos a tasa competitiva, mientras que recibirán una asignación de hasta dos salarios mínimos los sectores dedicados a actividades críticas, como el turismo, entretenimiento, salud y deportes.
La ATP amparó hasta junio a 310.000 empresas y a 2,8 millones de asalariados. Desde el mes pasado las firmas beneficiadas decrecieron hasta las 218.000, pero aumentó hasta el 78% las pymes que fueron asistidas en el AMBA.
Ayuda clave
Esta asistencia estatal es imperiosa para mantener el tejido productivo de Argentina lo más intacto posible. Así lo entiende Vicente Lourenzo, integrante de la comisión pyme del Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la ciudad de Buenos Aires, una institución no gubernamental que reúne a más de 70.000 profesionales.
"Esta medida es necesaria para que el aparato productivo genere riqueza y pueda generar sueldos", explica a Sputnik. "El Estado no puede estar más exigido de lo que ya está en cuanto a emisión monetaria y recursos impositivos. Por eso es una excelente iniciativa que ayuda a atemperar el perjuicio que causará la pandemia".
A las pymes no les queda más remedio que contraer deudas para afrontar costos fijos, el sueldo de los empleados, el pago a proveedores y el alquiler que deben afrontar siete de cada diez empresas.
Fuentes del Gobierno revelaron a Sputnik que el Estado argentino ha destinado hasta el momento casi el 3% del PIB para paliar las secuelas económicas de la pandemia. Es un porcentaje menor al de otros países de la región, como Perú o Brasil. Pero las comparativas pueden ser engañosas.
"El Estado argentino tiene de por sí un porcentaje importante de su PIB orientado al gasto social que otros países no tienen", observa de nuevo el vicepresidente de Apyme. "Una cosa es la novedad y otro el volumen permanente que se destina".
El PIB de Argentina cayó 2,5% en 2018 y 2,2% en 2019. El Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que el hundimiento este año será del 9,9% en una nación que arrastra dos años de recesión.