El proyecto que no tiene precedentes, ahora cuenta con la participación de 14 países, cuyos esfuerzos conjuntos ayudan a mantener el funcionamiento de la estación que se considera como un símbolo de nuestro tiempo y un puesto avanzado de la humanidad en el espacio.
La EEI permite realizar investigaciones básicas y aplicadas en la órbita terrestre que buscan adquirir nuevos conocimientos científicos sobre la estructura del universo y la materia, los factores globales que influyen en nuestro planeta y el espacio cercano a la Tierra, así como sobre el clima y los recursos naturales de la Tierra, el organismo humano y sus capacidades de adaptación, y la forma de evaluación de la vida en general.
Idea de la EEI
La historia de la EEI empezó en 1984 con la idea del entonces presidente de Estados Unidos Ronald Reagan de desarrollar una estación espacial permanente.
Inicialmente EEUU invitó a participar en el proyecto a Canadá, Japón y la Agencia Espacial Europea (ESA, por sus siglas en inglés).
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En 1993 el entonces mandatario estadounidense Bill Clinton decidió dejar a un lado las diferencias que EEUU tenía con Rusia durante la Guerra Fría (1947-1991), e invitar a los rusos a participar en el proyecto que todavía se considera como uno de los logros más grandes de la ingeniería.
Estructura de la estación
La creación de la EEI directamente en la órbita terrestre empezó el 20 de noviembre de 1998 con el lanzamiento desde el cosmódromo de Baikonur (Kazajistán) del primer módulo Zaryá a bordo de un cohete portador Proton.
El segundo módulo Unity, de EEUU, que se le unió a Zaryá unas semanas más tarde, todavía conecta distintos componentes de la estación y a través de él pasan los sistemas y comunicaciones más importantes.
El 26 de julio de 2000 —la fecha que se considera como una de las más importantes para la EEI— fue lanzado el tercer módulo Zvezdá, de Rusia, que convirtió a la estación en un sitio habitable durante largos períodos de tiempo.
Rusia dispuesta a preparar a turistas espaciales para salir al espacio 👇 https://t.co/N1D2Y77OsG
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En la etapa de despliegue Zvezdá sirvió como un bloque básico de toda la estación que mantenía las condiciones de vida necesarias para la tripulación —llegó a la estación en octubre de 2000 y estaba compuesta por los cosmonautas rusos Serguéi Krikalióv y Yuri Guidzenko y el astronauta estadounidense William Shepard— y la gestión de la EEI, así como para el acoplamiento de las naves de carga Progress-M y Soyuz-TM y el funcionamiento del equipo científico.
Además, Rusia prevé lanzar en los años 2021 y 2022 los módulos Naúka y Prichál.
El segmento estadounidense, por su parte, consta de los módulos Unity (1998), Destiny (2001), Quest (2001), Harmony (2007), Tranquility (2010), Cupola (2010), BEAM (Bigelow Expandable Activity Module, 2016), Columbus (2008, ESA), Leonardo (2011, Italia), Kibo (2008, Japón).
El trabajo de la EEI está controlado por los centros en las ciudades de Korolióv (Rusia) y Houston (EEUU). Cada centro cuenta con especialistas del otro en caso de cualquier emergencia.
Los centros en las ciudades de Oberpfaffenhofen (Alemania) y Tsukuba (Japón), por su parte, controlan de forma separada la labor de los módulos Columbus y Kibo.
Hasta ahora un total de 219 personas de 19 países ha visitado la EEI.
Planes para el futuro
Inicialmente estaba previsto que la estación dejara de operar en 2020.
No obstante, los países participantes del proyecto decidieron utilizarla como mínimo hasta el año 2024 y ahora se examina la posibilidad de prolongar por cuatro años más su explotación.
A partir de 2025, EEUU, según lo anunció su presidente, Donald Trump, prevé dejar de financiar con fondos públicos la EEI.