"Hay un ambiente de confusión, porque la frágil certidumbre que había en Bolivia sobre una salida democrática a la provisionalidad en que se vive desde el año pasado ha sufrido un duro golpe con el aplazamiento", dijo a Sputnik el politólogo Gonzalo Balcázar, docente de la universidad de El Alto.
El analista Jorge Richter dijo a su vez a la red de televisión ATB que el aplazamiento justificado oficialmente en la pandemia de COVID-19 generaba más dudas que garantías sobre las elecciones concertadas como vía pacífica para reponer el orden constitucional en el país.
"Esta situación puede generar un aumento de conflictos que dificulten el proceso electoral, habría sido mejor que la fecha definitiva de las elecciones sea producto de un diálogo y no de una decisión directa del órgano electoral", afirmó el consultor de varios medios locales.
El TSE dijo el 23 de julio que no buscaría que el Parlamento confirme mediante ley su decisión de posponer los comicios por seis semanas, un anuncio respondido con llamamientos a huelgas, bloqueos y otras protestas de sectores sociales que exigen que se respete la fecha previamente acordada, el 6 de septiembre.
TSE-Parlamento
El presidente del TSE afirmó que consideraba suficiente una resolución directa de ese organismo para fijar la fecha de votación, explicando que para dos aplazamientos previos de los comicios el órgano electoral había tramitado leyes en el Parlamento solo como un gesto de consenso.
Richter opinó que el TSE habría tomado una decisión equivocada porque su autonomía plena regiría para elecciones regulares y no para procesos extraordinarios como el actual.
Balcázar apuntó que preveía poco probable que el MAS acepte un aplazamiento electoral sin ley, porque ello significaría una renuncia a gran parte de su poder político.
"Si se consolida el argumento del TSE de que no necesita ley para fijar la fecha electoral, luego podrían suceder otras decisiones del órgano ejecutivo que desafíen también las potestades de la Asamblea Legislativa Plurinacionbal", advirtió Balcázar.
Citó el reciente conflicto por los ascensos de generales de las Fuerzas Armadas, ejecutados por el Gobierno transitorio de Jeanine Áñez sin la aprobación constitucional del Senado.
Balcázar agregó que mientras no se resuelva esta suerte de conflicto de poderes, habrá "caldo de cultivo para protestas y otros conflictos".
Amenazas
Los organizaciones sindicales y sociales del país, mayoritariamente afines al MAS, han anunciado diversas protestas a partir del lunes 27, cuando vencería el plazo que dieron al TSE para que revierta la postergación de los comicios.
"Rechazamos la postura y los anuncios de personajes de la derecha neoliberal de intentar postergar la fecha de las elecciones nacionales, que es un flagrante atentado contra el sistema democrático del país", dijo la Federación de Mineros en un comunicado.
La Central Obrera Boliviana, que a principios de semana había declarado "emergencia" contra el aplazamiento electoral, demoraba un pronunciamiento tras la decisión del TSE.