Iniciado oficialmente el 10 de abril de 1859, el Canal de Suez fue una de las obras de ingeniería más geniales del siglo XIX. Construido desde su inicio de forma manual costó la vida de unas 125.000 personas mientras trataban de crear el canal de navegación que conectaría el Mar Rojo con el Mediterráneo, estableciendo una de las principales rutas comerciales del planeta.
La obra fue inaugurada en 1869. Europa dominaba el orden global. EEUU recién se desplegaba por el continente americano tras la guerra territorial en la que, 20 años antes, usurpó a México la mitad de su geografía.
Desde su inauguración hasta 1956, el Canal de Suez fue administrado por empresas británicas y francesas.
Bisagras de la historia
Cuando Nasser nacionalizó el canal, la Segunda Guerra Mundial (SGM) había terminado hacía una década y se estaba abriendo "un proceso de descolonización bastante incipiente. (...) Gran parte de África todavía son territorios coloniales. Prácticamente no hay territorios independientes al sur del Sahara", describió Galiana el contexto regional en el cual se produjo la rebelión egipcia.
"Hacía muy poco tiempo Francia había sido derrotada en Vietnam, se estaba iniciando la guerra de independencia en Argelia", ejemplificó el entrevistado. "Era un mundo convulsionado y estos liderazgos fuertes también buscaban crear un espacio por fuera de la vieja práctica colonial de los países imperiales y también respecto de algo que era el socialismo", explicó el historiador.
"Es el inicio de una nueva era, claramente para mí es un quiebre. Es muy interesante dimensionar esa medida, en ese contexto en el que se estaba tomando", destacó el profesor e Investigador de Historia de África en la Universidad Nacional de General Sarmiento.
"Después de la SGM las viejas potencias coloniales están en crisis aunque en algún punto salen ganadoras de la guerra. Y si bien se consolidó con el inicio de la la Guerra Fría un mundo bipolar, todavía en la primera década posterior Francia e Inglaterra tienen aspiraciones de seguir jugando un papel central en la política internacional", indicó el entrevistado.
Y Nasser mandó parar
Galiana, quien también es profesor de Historia de Asia y África en la Universidad Nacional de Quilmes, mencionó a Nasser como emergente de ese momento histórico al igual que "un conjunto muy importante de políticos e intelectuales del mundo árabe".
Para entonces tenía 30 años y se perfilaba como líder en su país. Potenció sus vínculos al adherir a una sociedad secreta conocida como Movimiento de Oficiales Libres, que en 1952 derrocó a Faruq, Rey de Egipto y Sudán. Nasser asumió la presidencia del país a fines de 1953.
Cuando tres años después nacionalizó el Canal de Suez, ya había consolidado su liderazgo nacional y regional. "La decisión de nacionalizar se toma contra los intereses de Francia y Gran Bretaña, que eran los principales accionistas de la empresa que se encargaba del canal", ilustró Galiana.
"Es una medida que se ajusta a derecho porque nacionaliza con compensación. Toma la cotización del último día anterior y compra las acciones en función del interés nacional", afirmó el entrevistado. "Fue una apuesta muy radical que afectó los intereses de Gran Bretaña y Francia", mientras que en paralelo estaba en formación un proyecto regional, añadió.
"La respuesta de Francia y Gran Bretaña, a la que se suma Israel, es aniquilar ese proyecto desde el vamos", señaló el experto. En octubre de 1956 invaden Egipto y se desata un conflicto conocido como la Guerra del Sinaí.
Aunque usted no lo crea
"La Guerra del Sinaí es de una asimetría muy grande. La campaña militar es relativamente breve —nueve días— y en términos de los imperios es exitosa porque logran gran parte de sus objetivos militares. Pero en términos diplomáticos es un fracaso rotundo", aseguró el historiador argentino.
De acuerdo con el profesor, era obvio el interés de URSS en toda acción que pudiera significar un avance sobre "los interés imperialistas". Por el contrario, EEUU quiere frenar la invasión porque "no le puede regalar el discurso del panafricanismo y del panarabismo al campo socialista. Interviene para mostrar que los países capitalistas también respetan las decisiones soberanas de los jóvenes Estados de Asia y África".
Consultado si Nasser logró o no sus postulados, Galiana manifestó que si se toma en cuenta su objetivo de máxima —instalar el panafricanismo y panarabismo— se podría decir que fracasó. Pero por otro lado, hasta el presente el Canal de Suez es propiedad de Egipto y una de sus principales fuentes de ingresos, que lo colocan entre las primeras cuatro economías del continente.