En 2014 el banco se terminó de constituir como institución financiera global y en 2016, con 57 países que suscribieron el estatuto, comenzó sus operaciones. Actualmente lo integran 45 de la región asiática y 37 de otros continentes.
Otras 21 naciones están en proceso de incorporación, seis de ellas de América Latina: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Perú y Venezuela. Con Uruguay, que terminó de adherir en abril de 2020, son dos los Estados regionales que consiguieron la membresía como socios plenos. El primero había sido Ecuador, en noviembre de 2019.
"Primero China intentó ampliar su presencia en el FMI, aumentar su cuota parte. Pero EEUU fue muy poco lo que le cedió, y el Congreso nunca ratificó ese aumento. Por tanto, EEUU en realidad nunca quiso ceder control de los organismos internacionales", apuntó Ramírez, productor y conductor de AsiaTV.
El crecimiento de Pekín como potencia emergente y en disputa permanente con Washington ha determinado que tenga que buscar una nueva estructura institucional que sustituya o complemente a las creadas por Occidente, y que dominan desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.
"Depender del dólar es construir un castillo de naipes. Sabes que en algún momento, cuando EEUU empieza a verte como rival te va poder golpear muy fácilmente", graficó el entrevistado.
El propio banco
La respuesta china a la negativa norteamericana fue "generar algo similar y aparte". "Ya existía el Banco Asiático de Desarrollo, banco que controlan Japón y EEUU. Obviamente China tenía que hacer algo por fuera. Por eso en el BAII no están ni Japón ni EEUU", resumió.
"China empieza el banco con 21 países y logra incorporar a la India, no es un tema menor", destacó Ramírez, quien también enfatizó que todos los principales países occidentales —los europeos más canadá y Australia— adhirieron al BAII. "Es una especie de FMI o Banco Mundial pero orientado y controlado por China", comparó.
"Cuando ellos financian las obras, el objetivo inicial que tienen es que queden en manos de empresas chinas. Las grandes naciones trabajan a través de sus propias empresas generando su mercado y la amplia financiación que China empieza a tener en América Latina les permite hacer negocio a sus empresas", ilustró Ramírez.