Después de la oración del Ángelus este 19 de julio, el pontífice dijo que sigue "con preocupación" el agravamiento de las tensiones armadas en la región del Cáucaso entre Armenia y Azerbaiyán en los días recientes.
“Al tiempo que les aseguro mis oraciones por las familias de los que perdieron la vida durante los enfrentamientos, espero que con el compromiso de la comunidad internacional y a través del diálogo y la buena voluntad de las partes, se pueda llegar a una solución pacífica duradera, que beneficie a esas amadas poblaciones", manifestó.
El papa reafirmó también su apoyo a la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que llama a un alto el fuego inmediato y global para poder proporcionar la asistencia humanitaria en medio dee la pandemia de COVID-19.
Hasta el momento, Ereván informó de cuatro militares muertos en los enfrentamientos y once heridos, incluido un civil, y Bakú, de 12 bajas mortales, incluido un general.
Ambas partes se siguen acusando de la escalada de tensión en la zona.
Varios países y organizaciones internacionales expresaron su preocupación por la situación en la frontera armenio-azerbaiyana e instaron a las partes a dialogar.
El Ministerio de Exteriores de Rusia se ofreció para ayudar a Bakú y Ereván a estabilizar la situación.