Según la Superintendencia Financiera de Colombia, a abril pasado las AFP perdieron 17,53 billones de pesos (4.700 millones de dólares) en sus rendimientos, lo que las ubicó como las más afectadas del sistema financiero del país e hizo prender las alarmas de los cotizantes de pensiones y cesantías en ellas, cuya parte de sus dineros también se vieron arrastrados por la pérdida.
"En abril recibí un correo de mi fondo de pensiones en el que me dijeron que por culpa de la pandemia y la volatilidad de los mercados internacionales había perdido siete millones de pesos (unos 1.920 dólares), lo que me dejó sorprendida, porque son mis ahorros de toda la vida para pensionarme", dijo Jenny Ruiz, una trabajadora independiente, a Sputnik.

"Tengo 43 años de edad y desde que comencé a trabajar he cotizado mis pensiones y cesantías en una AFP, básicamente porque esa fue la opción que nos proponían a los jóvenes en aquel entonces, por eso nunca coticé en Colpensiones, pero ahora estoy pensando en trasladarme a ese fondo", dice Jenny.
Fondos privados y estatal
En Colombia existen dos sistemas de pensiones paralelos, el estatal, fundado en 1946 y conocido como Colpensiones, y las AFP, surgidas en 1993 bajo la denominada Ley 100.
Así las cosas, cuando personas de la generación de Jenny comenzaron su vida laboral, a comienzos del milenio, las AFP eran la novedad, mientras que el fondo estatal representaba lo viejo y obsoleto, por lo que millones de jóvenes de aquel entonces prefirieron cotizar en ellas que en el sistema estatal.
En la actualidad, cerca de 16,6 millones de colombianos están afiliados a cuatro AFP privadas que hay en el país —Porvenir, Protección, Colfondos y Skandia—, mientras que el número de afiliados en Colpensiones es de 6,7 millones, según datos de esa estatal al cierre de 2018.
Sin embargo, esa proporción puede variar de manera considerable a raíz de las pérdidas registradas por las AFP en medio de la pandemia, lo que ha llevado a muchos adultos jóvenes (que hoy rondan los 40 años) a pensar trasladarse al fondo estatal.

La realidad no es tan draconiana como la pinta Fernando, ya que las leyes colombianas establecen que las AFP tienen la obligación de garantizar una rentabilidad mínima de los ahorros individuales, aunque la verdad sea dicha, pocas veces informan a su afiliados de que pueden sufrir pérdidas importantes como las generadas ahora por la pandemia.
Nerviosismo latente
Tras las pérdidas, las AFP han debido salir a calmar el nerviosismo de sus afiliados y tratar de evitar una fuga importante de estos hacia Colpensiones, para lo cual sostienen que se trata de una crisis coyuntural y que los rezagos actuales se compensarán con períodos en los que sí habrá buenas rentabilidades.
"Algo positivo trajo esta pandemia, y es que nos permitió a los cotizantes saber en qué se invierte nuestro dinero antes de recibir la pensión", dijo Jenny, luego de que reconoció que hasta hace poco ni siquiera se fijaba en el tema porque veía su pensión "muy lejana".
Datos oficiales señalan que en 2018, sin las turbulencias de los mercados actuales, 155.649 personas se trasladaron desde los fondos privados al estatal en Colombia, una cifra que en 2020 puede ser mucho mayor debido al nerviosismo que aún persiste entre los cotizantes.