El Gobierno de las islas prepara una resolución para imponer la obligatoriedad de las mascarillas en todos los espacios pese a guardar la distancia interpersonal de seguridad, ante el temor por los rebrotes que se siguen multiplicando en España.
Las autoridades de Baleares viven con preocupación los últimos casos de COVID-19 originados en el archipiélago, que hasta hace poco mantenía un ritmo de contagio muy bajo en comparación con otras regiones del país.
El uso obligatorio de la mascarilla se extenderá a residentes y visitantes de las islas, que deberán recurrir a esta medida de protección aunque mantengan la distancia interpersonal de un metro y medio a la que obliga actualmente el Gobierno de España.
La norma se aplicará a todas las personas en cualquier espacio público, interior o exterior, aunque salgan en solitario o se encuentren al aire libre.
De momento son las únicas regiones de España que optaron por aplicar esta restricción para todos sus habitantes frente al repunte de casos de COVID-19, que suma hasta 65 nuevos brotes activos en todo el país.
La comunidad autónoma del País Vasco adoptó la medida de forma parcial, únicamente para Ordizia (provincia de Guipúzcoa), un municipio de 10.000 habitantes donde en los últimos días se registró un foco que afecta ya a más de medio centenar de personas.