A cinco días de las elecciones en Galicia y País Vasco, la incertidumbre planea sobre su celebración. El 12 de julio se colocarán las urnas en los colegios electorales de ambas comunidades autónomas bajo estrictas medidas higiénicas y de distancia social. Sin embargo, la amenaza del coronavirus sigue presente y genera dudas sobre su realización.
Al menos, de momento. Y es que la Junta Electoral de Lugo se mantiene alerta a la evolución del número de contagios en la zona. Si el número de personas que pierden su derecho al voto es relevante en proporción a la población total, la institución comenta que habrá que tomar medidas. Entre estas soluciones, se encuentra la de cancelar los comicios en A Mariña. Propuesta que defienden los alcaldes de las principales localidades de la comarca y el BNG. Opción que no se quiere ni plantear el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y favorito al triunfo según las encuestas. "Rechazo hacer política con el virus", comenta el dirigente gallego.
Galicia en Común crítica que a Feijóo solo le interesan las elecciones. Opinión que comparten con el BNG.
"Reclamamos transparencia, información y que se deje de improvisación; lo primero es la salud de la gente, no parece lógico que una comarca confinada tenga que escoger entre su derecho a la salud y su derecho democrático a votar", pide Ana Pontón, candidata de los nacionalistas gallegos.
En todo caso, la decisión de suspender los comicios es del presidente autonómico. Tanto a nivel comarcal como de toda la comunidad. Y, de momento, parece que esa decisión está lejos de ser tomada. "Ir a un colegio electoral en Galicia el próximo domingo, es lo mismo que ir a una farmacia", asegura Feijóo, en relación a las medidas de higiene y sanitarias establecidas para la jornada electoral.
¿Qué sucede con los que no pueden votar?
En el País Vasco, los brotes existentes no han llevado al cierre de ningún área de la comunidad. El actual líder del ejecutivo autonómico, Íñigo Urkullu, asegura que no es necesario el confinamiento en territorio vasco, aunque se estudia detenidamente el aumento de positivos en la localidad guipuzcoana de Ordizia.
Elecciones en las que todavía no se sabe que sucederá con los positivos por coronavirus de la región. Lo mismo sucede con los infectados gallegos que, más allá de no votar en A Mariña, no saben qué futuro correrán. Por ello, la Junta Electoral Central debe determinar antes del 12 de julio qué sucederá con estos votantes, ya que se podrían impugnar las elecciones al ver sus derechos mermados una parte del censo. El jueves se solventarán estas dudas en una reunión en la sede del organismo en el Congreso de los Diputados.
Entre las posibles soluciones estaría el voto por correo. Opción que en el País Vasco ha crecido un 140%, respecto a las últimas elecciones autonómicas. En total, 125.255 personas solicitaron votar por correo. En Galicia, 76.907 ciudadanos han elegido esta vía para depositar su voto en la urna.