Según la decisión del presidente, queda anulado el artículo que establecía "el uso obligatorio de máscaras de protección individual en los establecimientos carcelarios y en los establecimientos de cumplimiento de medidas socioeducativas".
También pierde valor el punto que obligaba a entidades y establecimientos a colocar carteles informativos sobre la forma y el uso correcto de la máscara, así como del número máximo de personas que pueden estar en el local al mismo tiempo.
En su argumentación para justificar el veto, el Gobierno dice que la materia ya está siendo regulada por normativas de trabajo y que cabe a los estados y municipios elaborar normas adicionales.
El 3 de julio Bolsonaro ya vetó otros puntos de la legislación sobre el uso de máscaras que había aprobado el Congreso Nacional.
Tras su decisión, dejó de ser obligatorio el uso de máscaras en establecimientos comerciales e industriales, templos religiosos y establecimientos de enseñanza, entre otros.
En Brasil hay 1.603.055 casos de COVID-19 y 64.867 personas que fallecieron por la enfermedad, según los últimos datos difundidos el 5 de julio por el Ministerio de Salud.