"Todos los bolivianos que luchamos para que se vaya la dictadura de Evo (Morales) estamos ahora convocados a la unidad para que no vuelva el régimen autoritario masista", dijo Murillo a reporteros, al precisar el alcance de una declaración previa sobre la eventual iniciativa de la Presidenta.
Murillo había anticipado el 2 de julio al diario El Deber que la presidenta Áñez, tercera en las encuestas, hará "muy buenas propuestas" a Mesa, el segundo en la intención de voto, sobre un acuerdo para impedir que el MAS retorne al poder del que fue echado por el golpe de noviembre de 2019.
"Ne es difícil"
Las candidaturas presidenciales y parlamentarias para las elecciones de septiembre ya están cerradas y según la ley estarán incluidas en la papeleta de votación incluso si se producen renuncias.
"Yo creo que (un acuerdo anti-MAS) no es difícil. Habrá sorpresas en los próximos días, veremos cuál es la apertura del señor Mesa", dijo Murillo al periódico.
El 5 de julio apuntó en diálogo con reporteros que "el planteamiento de unidad no significa bajar o subir candidaturas" sino "pensar en el país y no en los intereses políticos (…) para preservar la democracia, la vida y la economía".
En las encuestas de intención de voto divulgadas hasta mediados de marzo, cuando la pandemia de COVID-19 obligó a suspender la campaña, Mesa y Áñez sumaban poco menos del 40% de apoyo con el que aparecía el masista Arce.
En las semanas recientes, Mesa criticó duramente a Áñez por negarse a firmar la ley que da paso a las elecciones e inclusive la demandó ante el Tribunal Electoral por hacer campaña con fondos públicos.
Según la ley electoral boliviana, será presidente el candidato que logre la mayoría absoluta de votos o al menos el 40%, con 10 o más puntos de ventaja sobre el segundo.
En las elecciones de octubre de 2019, Morales ganó una tercera reelección con más de 40% de votos y 10 puntos de diferencia sobre Mesa, según el cómputo oficial que terminó anulado tras denuncias de fraude.