Los psicólogos rusos tratan la supremacía en la familia como poder, dirección o liderazgo. Pero cuando hablamos de poder en la familia, hay dos realidades muy diferentes que se configuran alrededor de la figura materna en función del rol que adopte esta.
"Una niña con rasgos autoritarios buscará una pareja que se someta a ella y la obedezca. De la misma manera, un niño educado por una madre autoritaria buscará una nueva 'dueña'", describe a Sputnik Tatiana Gavrílova.
Cómo se proyecta el exceso de autoridad materno en las niñas
Esa figura materna autoritaria, sumada a fenómenos como la gran falta de hombres que hubo en Rusia en períodos como el posterior a la Segunda Guerra Mundial, da lugar a un fenómeno que se está extendiendo últimamente, y es el de las mujeres que no se casan (concretamente las que quieren hacerlo pero finalmente no lo consiguen).
Esas mujeres tienen algo en común, dice la especialista, y es que "tienen expectativas tremendamente altas respecto a los hombres. El hombre tiene que ser un príncipe, una creación masculina perfecta que aglutine en ella todos los rasgos del hombre, tal y como ellas lo imaginan".
¿Qué pasa en el caso de los niños?
Para un niño tener una madre imperante y un padre sumiso crea una combinación que puede dar lugar a todo un drama, apunta la experta. Y es que los hombres son el "sexo frágil ", y en la infancia tienen más problemas para adaptarse a las adversidades que las mujeres. En este sentido, Gavrílova da el siguiente consejo:
En cuanto al feminismo que tan en boga está últimamente, la experta admite ser sexista, en sus propias palabras, y dice ver en esta tendencia un camino poco alentador para la civilización, pero un camino por el que Rusia, asegura, pasará.
"El feminismo ahora rechaza el factor más importante, en mi opinión, en el desarrollo humano: la diferencia en los roles de género. El hombre y la mujer difieren en su origen (...). La creciente influencia del feminismo es un giro histórico inevitable, pero la feminidad tradicional, estoy segura, sigue siendo muy importante. Como todo lo evolutivo, es poco probable que las diferencias de género desaparezcan rápidamente", declara Gavrílova.