El ministro griego de Exteriores, Nikos Dendias, había declarado con anterioridad en una reunión con el Alto Representante de Política Exterior de la UE, Josep Borrell, que Turquía socavaba la seguridad y la estabilidad en el Mediterráneo Oeste y enviaba a los inmigrantes a la frontera para que entraran en el territorio de Grecia.
"Estas declaraciones de Dendias es una nueva tentativa de ocultar los delitos contra los refugiados en Grecia bajo el amparo de la UE (...) Invitamos a la UE y a Grecia a cumplir sus obligaciones en vez de lanzar acusaciones contra nuestro país", señaló el portavoz del Ministerio de Exteriores de Turquía, Hami Aksoy, en un comunicado.
El diplomático recalcó que las declaraciones del ministro griego están "fuera de la realidad".
"Grecia y Chipre deben dejar a un lado la ilusión de aislar a Turquía y suponer que eso se ajusta al derecho internacional", enfatizó.
Aksoy remarcó que Grecia no ganará nada con crear alianzas hostiles contra Turquía.
El portavoz llamó a Atenas a respetar los derechos legítimos de Turquía y resolver las discrepancias a través de las conversaciones.
Dendias aseguró el 1 de junio que Turquía se estaba apropiando de los derechos soberanos de Grecia y calificó de provocación la concesión de una licencia para la prospección de hidrocarburos en la plataforma continental del Mediterráneo Oriental a la corporación petrolera turca TPAO.
Europa vive la peor crisis migratoria desde la Segunda Guerra Mundial, provocada principalmente por conflictos armados y problemas económicos en Oriente Medio y África del Norte.
En 2019, más de 110.000 inmigrantes y refugiados llegaron a Europa a través del Mediterráneo, según las cifras de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).