"Al inicio del éxodo venezolano, Ecuador se caracterizó por ser un país de tránsito hacia Perú u otros países del cono sur como Chile y Argentina. Sin embargo, entre 2015 y septiembre de 2019, casi 400.000 venezolanos decidieron establecerse en Ecuador", según el informe presentado en rueda de prensa virtual.
El informe, realizado en colaboración con seis agencias de Naciones Unidas, señala que desde 2015 más de 1,15 millones de venezolanos pasaron por Ecuador en un corredor humanitario.
A septiembre del año anterior, aproximadamente 4,3 millones de personas salieron de Venezuela, de las cuales, el 80% emigró hacia Latinoamérica.
Ecuador se ubicó en el tercer lugar de los países receptores, por detrás de Colombia y Perú.
El 65% de venezolanos se asentó en las provincias costeras de Guayas, Manabí y en la andina Pichincha, siendo Quito (norte), capital de Ecuador, la principal ciudad de destino, pues allí reside un 40% de inmigrantes.
La migración venezolana tiene un perfil joven: más de la mitad tiene entre 19 y 35 años. Asimismo, son más jóvenes que los de otras nacionalidades, pues solo un poco más de un tercio de los migrantes de otras nacionalidades tienen esas edades.
Esa condición, advierte el documento, podría agravarse en los próximos años dado que es posible que más del 80% de esa población transite a un estatus migratorio irregular, por cuanto sus pasaportes caducan entre 2019 y 2020.
A mediados de 2019, el presidente ecuatoriano Lenín Moreno reconoció mediante decreto la validez del pasaporte hasta cinco años después de su fecha de caducidad.
El Banco Mundial destacó en su informe que Ecuador tiene el marco regulatorio de protección de los migrantes y refugiados más acogedor de la región.
La entidad también dijo que Ecuador cuenta con una de las leyes de derechos humanos, de migración y de refugio más progresistas, incluso algunas de sus normas superan los estándares internacionales.
Según el estudio, la migración venezolana podría contribuir hasta en un 2% con el Producto Interno Bruto (PIB) de Ecuador.
