Ello se debe al hecho de que el reino decidió cerrar el acceso a los peregrinos que vienen del extranjero. Eso sí, de un modo limitado el hajj será celebrado por un número reducido de peregrinos extranjeros que residen en el territorio del reino.
De hecho, de los tres millones de musulmanes que realizan cada año este peregrinaje dos vienen desde otros países. Estas medidas fueron adoptadas para lidiar con la propagación del coronavirus en Arabia Saudí, que ocupa el primer lugar entre los países árabes en cuanto al número de infectados.
En junio, estas fueron abriéndose de manera gradual, pero la Mezquita Sagrada —el destino de la peregrinación— sigue clausurada al público.
Esta es la primera vez desde 1932 que Arabia Saudí cancela el hajj, que es el año de la formación del reino. Antes de ello, las últimas tres veces tuvieron lugar entre 1837 y 1858, cuando una serie de epidemias de cólera hicieron necesario cancelar este evento.