En medio de una ola de protestas raciales que se mantienen activas en todo el país americano, aflora estas semanas un movimiento de cuestionamiento del legado histórico en EEUU que afecta a varias personalidades de la historia de España.
Es el caso del escritor Miguel de Cervantes, el misionero franciscano fray Junípero Serra o el navegante Cristóbal Colón, cuyas representaciones en piedra aparecieron vandalizadas en ciudades de todo el país.
El autor de 'El Quijote' fue señalado con la palabra "bastardo" en San Francisco, y en la misma ciudad Serra fue derribado por un grupo de activistas antirracistas, mientras que Colón fue atacado en ciudades como Miami, Richmond, Boston y Saint Paul.
Como sucedió con las protestas tras la muerte del afroamericano George Floyd, Europa no se mantuvo ajena al debate y los ataques a estatuas se reprodujeron también en Reino Unido, Francia y ahora España.
Primera víctima de la ola de revisionismo en España
El 22 de junio, la estatua de fray Junípero de Serra junto a un niño indígena en la ciudad de Palma de Mallorca despertó con una pintada roja en su pedestal acompañada del mensaje "Racista".
Conocido por su tarea de evangelización en California en el siglo XVIII, este misionero español nacido en Mallorca se convirtió en el primer santo hispano en Estados Unidos y cuenta con numerosas representaciones por todo el país.
Sin embargo, su legado ha sido siempre cuestionado por las comunidades indígenas del continente, que culpan al fray de haber impuesto duros castigos a aquellos que intentaron resistirse al cristianismo.
"Los habitantes toman la palabra en San Francisco y tiran la estatua de Junípero Serra. En Palma, pacíficamente, debería ser igual", afirmó Sonia Vivas, de la formación progresista de Unidas Podemos, en su cuenta de Twitter.
El Gobierno de Palma, por su parte, se desmarcó de estas declaraciones mientras que los partidos de la oposición exigieron que se limpiara de inmediato la pintada y criticaron el "acto vandálico".
El think tank Hispanic Council, que se dedica a promover las relaciones de la comunidad hispana en EEUU y España, saltó a la defensa de la figura de Serra en un comunicado tras los incidentes.
"Lejos de ser un genocida o un racista, representó a lo largo de su vida todo lo contrario. Este nuevo ataque a su figura carece de rigor histórico. Es también un ataque al legado hispano de EEUU y de California, que se debe cuidar y respetar, como el propio Junípero enseñó en su tiempo de dedicación y servicio a la población nativa", defendió la entidad.
Barcelona busca educar sobre Colón
El movimiento revisionista surgido en EEUU se extendió también a Barcelona, donde desde hace años varias asociaciones antirracistas piden la retirada de un conocido monumento a Cristóbal Colón ubicado en el puerto de la ciudad.
Sin embargo, desde varias entidades y algunos sectores del Ayuntamiento reclaman la marcha de la estatua, ya que la vinculan con el genocidio de los nativos indígenas en el continente americano.
Dirigentes de la formación anticapitalista Candidatura d'Unitat Popular (CUP) exigieron recientemente a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, la retirada inmediata del monumento con el fin de "erradicar del imaginario y los iconos de la ciudad un personaje esclavista".
Pese a que este partido y otros piden la marcha de Colón de Barcelona desde hace años, el Ayuntamiento rechaza esta idea y propone en su lugar situar la figura su contexto histórico.
En esto coincide el escritor y doctor en historia colonial de la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, Alexandre Coello de la Rosa, que considera a Colón "una figura que debe explicarse más que destruirse".
En declaraciones a Sputnik, el experto afirma que "es mucho más útil dar una lección sobre lo que fue el individuo en su época, algo que se puede hacer de muchas formas, y que es mucho más pedagógico que quitar una estatua".
Coello explica que esta es la opción más recomendable desde un punto de vista académico, ya que a menudo "las personas se unen a las protestas sin conocer realmente a la figura" que rechazan.
Pone como ejemplo el derribo de estatuas en EEUU, que se enmarca en las protestas racistas por el asesinato de George Floyd a manos de la policía "aunque paradójicamente, Colón no se dedicó al tráfico de esclavos como sí hicieron figuras como George Washington".
"Hay que educar sobre estas paradojas, porque Colón era tan racista como cualquier hombre de su época, frente a otras figuras como Washington que se dedicaron activamente al tráfico de esclavos y podrían considerarse auténticos símbolos racistas", concluye el experto.