La razón cae por su propio peso. El 88,9% de los casos detectados de coronavirus están en la capital o en la provincia de Buenos Aires. El 94% de las infecciones nuevas se concentran en estas regiones que ocupan una pequeña porción del país, pero que concentran la mayor densidad poblacional.
"Hemos decidido que a partir de las 0:00 del viernes solo puedan circular en el transporte público las personas que trabajen en rubros esenciales", explicó el jueves el presidente de Argentina, Alberto Fernández. "Seremos muy estrictos con los controles y les pedimos que sean más responsables que nunca", lanzó de advertencia.
Situación a peor
El 57% de las camas de terapia intensiva del sistema público y privado en la ciudad de Buenos Aires se encuentran ocupadas.
A través de un operativo llamado Detectar, el Gobierno ha comenzado a rastrear por cinco villas de emergencia y cuatro barrios de la ciudad a personas con síntomas compatibles con el coronavirus.
La sorpresa ha llegado cuando han comprobado que los diagnósticos de rastreo dan positivo en un porcentaje nada despreciable.
En la zona de Balvanera, uno de los distritos más grandes y poblados de la ciudad, 56% de las pruebas confirmaron la enfermedad.
Desde el próximo martes se cerrarán 11 de las 40 estaciones ferroviarias que tiene la capital. La gestión local de Horacio Rodríguez Larreta alienta a los habitantes de Buenos Aires a que caminen o utilicen la bicicleta, y por eso sólo permanecen abiertas las paradas del subterráneo que cuentan con combinaciones o tengan cerca centros de salud.
En contrapartida, los pasajeros del llamado "subte" pueden viajar por primera vez con bicicletas y monopatines en el primer y último vagón de las formaciones.
"La medida apunta a reducir la cantidad de gente en la calle y en los lugares cerrados, que es el motivo del crecimiento de los casos en el último tiempo", explicó el mandatario Fernández en las redes sociales.
Ejemplo político
Mala señal han dado los propios políticos de Argentina al encadenar una reunión tras otra con despreocupada ligereza.
El alcalde del municipio bonaerense de Lomas de Zamora, Martín Insaurralde, anunció que se había contagiado de COVID-19 cuando una de las personas que se había reunido con él, el ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, se encontraba de viaje junto al Jefe de Estado.
Este cambio de paradigma se conoce mientras la gobernadora de la provincia de Buenos Aires de la gestión precedente, María Eugenia Vidal, reconoció que había contraído el virus SARS-CoV-2. Lo mismo su pareja, el periodista Enrique Sacco. Y en las últimas horas también admitió su infección de COVID-19 el primer diputado nacional, el oficialista Walter Correa.
Ante este panorama, tres provincias también se replegaron frente a la incipiente apertura del confinamiento que habían comenzado.
La jurisdicción de Jujuy (norte), una de las provincias que más había avanzado en la autorización de actividades, volvió al aislamiento estricto en varios de sus distritos.
Neuquén (suroeste), por su parte, suspendió las reuniones sociales y anunció nuevos controles de circulación.
Y Mendoza (centro-oeste) ha vuelto a restringir la circulación de personas según la terminación de su número de documento.
Argentina registra el 0,8% de los casos de todo el continente. La cuarentena vigente desde el 20 de marzo se extenderá al menos hasta el 28 de junio.