Crisis coreana: "Echarle la culpa a Corea del Norte es boicotear el proceso de integración"
¿Globos 'sonda'?
Los culpables de la detonación y destrucción total de la oficina de enlace conjunta Norte-Sur situada hasta esta semana en la zona industrial de Kaesong, desde la perspectiva de Pyongyang, fueron los 20 globos lanzados desde el sur a finales de mayo con medio millón de panfletos de propaganda contra el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, aderezados con caricaturas de su persona.
Pero pudo haber otra intención solapada, la de hacer las veces de globo sonda: tensar la cuerda de la paciencia del líder norcoreano para ver hasta dónde llegaba. Como se dice popularmente, 'medirle el aceite'. Si éste último era uno de los objetivos, ya quedaron claros los límites.
Asmólov recalca que al respecto hay antecedentes posteriores a la firma de esa histórica declaración: el del 31 de mayo pasado fue el tercer lanzamiento de folletos en lo que va del año, mientras que en 2019 se realizaron diez lanzamientos. "Otro detalle importante es que esos lanzamientos se realizan desde una zona cerrada, a donde los sediciosos activistas civiles no pueden entrar sin permiso de las autoridades", indicó. Blanco y en botella.
El que avisa, no es traidor
Entonces, se pude entender la cadena de reacciones de Pyongyang. Primero la hermana del líder norcoreano y número dos del país, Kim Yo-jong, amenazó con poner fin a los acuerdos alcanzados en 2018 si las autoridades del Sur. "Si no toman las medidas pertinentes [...] más vale que se preparen para la posibilidad de un desmantelamiento completo del ya desolado parque industrial de Kaesong", avisó.
Después se desató la tormenta: reiteración de pedidos por parte del norte sin respuestas sustanciosas del sur, y la detonación definitiva con el derrumbamiento del edificio "debido al corte de todas las líneas de comunicación entre el Norte y el Sur", como aclararon desde la Agencia Telegráfica Central de Corea.
La misma agencia denunció a Corea del Sur por haber declarado tras la demolición, que las acciones norcoreanas "violan la declaración de Panmunjom y constituyen una ruptura unilateral del acuerdo". Desde el norte respondieron "Si [las autoridades surcoreanas] no saben cuidar su lenguaje, en respuesta les podemos recordar la idea olvidada hace tiempo de convertir Seúl en un mar de fuego", publicó el medio.
Reacciones
Hubo reacciones a esta escalada en la península de Corea que mostraron claros contrastes. Desde Rusia, el portavoz del presidente ruso Dmitri Peskov, dijo: "Seguimos de cerca lo que está sucediendo en la península de Corea. Esto, por supuesto, causa preocupación. Llamamos a las partes a la moderación". Unas palabras que fueron refrendadas por el canciller, Serguéi Lavrov: "Siempre estamos interesados en mantener y fortalecer la paz y la estabilidad duraderas y confiables en esta península".
Pero desde Europa, la reacción fue totalmente distinta y parcial. La portavoz de Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de la Unión Europea, Virginie Battu-Henriksson, sentenció que demolición de la oficina de enlace intercoreana por parte de Corea del Norte socava los esfuerzos diplomáticos por resolver el problema de las dos Coreas.
"Evidentemente echarle la culpa a Corea del Norte es echar más leña al fuego boicoteando el proceso de la integración", advierte Ciafardini.
"En primer lugar es injusto porque la reacción de Corea del Norte es una contra-reacción a una agresión por parte de grupos, que el Gobierno de Corea del Sur debería controlar y debería evitar que provocaran de esa manera, porque eso es una infracción. Realizar esos hechos de provocación a Corea del Norte desde dentro de Corea del Sur debe estar reglamentado como un acto criminal. Si la estrategia del Estado [de Seúl] es la integración, todo acto provocativo debe ser considerado como un acto criminal", manifiesta el Dr. Mariano Ciafardini.