Argentina se toma la cuestión Malvinas tan en serio que la primera de las 17 disposiciones transitorias que completan la Constitución de 1994 está dedicada a ratificar "su legítima e imprescriptible soberanía" sobre el archipiélago que mecen las aguas del Atlántico Sur.
El primero aspira a constituir un Consejo Nacional Asesor de Políticas sobre Malvinas que reúna a personalidades de distintos ámbitos, incluidos excombatientes, y que bajo la supervisión presidencial diseñará las políticas de Estado a mediano y largo plazo.
La segunda iniciativa pretende proteger los recursos del lecho y subsuelo del Mar Argentino a través de la demarcación del límite exterior de la plataforma continental más allá de las 200 millas.
En marzo de 2016 la Comisión de Límites de la Plataforma Continental de Naciones Unidas aprobó la petición argentina para ampliar su plataforma en 1,7 millones de metros cuadrados, un 35% más, al extender la demarcación de las 200 millas a las 350 millas. Un año después, la nación sumó 1.663 kilómetros cuadrados a su territorio marítimo gracias a otro aval de la ONU.
"Establecer por ley la publicación de las coordenadas de la plataforma continental argentina incrementará la seguridad jurídica para el otorgamiento de concesiones que tengan como finalidad la exploración y explotación de hidrocarburos, minerales y especies sedentarias para todo el pueblo argentino y las generaciones futuras", indicó el ministro de Relaciones Exteriores, Felipe Solá.
La tercera medida que se enviará al Congreso está coordinada con la Secretaría de Pesca del Ministerio de Agricultura y pretende elevar las sanciones y multas para quienes incurran en pesca ilegal en aguas argentinas, incluidas las que circundan a las Islas Malvinas. La nación sudamericana sabe que de tanto en tanto buques pesqueros incursionan sin permiso en los espacios marítimos argentinos.
La guerra culminó el 14 de junio con la derrota del país sudamericano y con casi 1.000 muertos entre ambos bandos solo durante el conflicto armado.
Buenos Aires y Londres retomaron sus relaciones diplomáticas en febrero de 1990 en la administración del entonces presidente argentino Carlos Menem (1989-1999).