"La comunidad autónoma de Baleares ha planteado a través del Ministerio de Turismo un programa piloto del que no hemos visto ningún inconveniente para ser puesto en práctica", explicó en una rueda de prensa el ministro de Sanidad, Salvador Illa.
Las Islas Baleares se encuentran actualmente en la última fase del plan de desescalada elaborado por el Gobierno español y son, junto a las Islas Canarias, el único territorio que realiza controles sanitarios en puertos y aeropuertos.
Los turistas que lleguen a Baleares no deberán someterse a pruebas de coronavirus ni en su país ni al llegar a la Isla, pero sí tendrán que rellenar un cuestionario con sus datos en el avión, estar localizables por vía telefónica durante su estancia y tomarse la temperatura al aterrizar.
La presidenta de Baleares, Francina Armengol, aseguró en rueda de prensa que este plan "es un paso importante para situar a Baleares como destino seguro y de calidad".

María Frontera, presidenta de la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca, celebró que este programa dará a Baleares una "ventaja competitiva como destino turístico mediterráneo europeo" al poder iniciar su actividad antes que otros lugares.
Sin embargo, el ministro de Sanidad aseguró que la intención del Gobierno no es otorgar a Baleares una ventaja competitiva respecto a otros destinos.
"Otras comunidades autónomas también podrán poner en marcha estos programas si lo consideran conveniente", afirmó.
A su modo de ver, esta experiencia piloto servirá para "ver cómo empiezan a rodar todos los sistemas que necesitamos para poner en marcha nuestro turismo".
En ese sentido, subrayó que delimitar la entrada de turistas a varios puntos concretos permite afinar los protocolos de seguridad antes de la apertura total de fronteras.
"No jugamos a la precipitación ni a la improvisación"”, señaló Illa antes de añadir que "cuando España habrá sus fronteras (…) lo hará en un entorno de seguridad máxima".