"Hemos tomado la determinación de ponerle fin a esto y que sea el Gobierno, la policía, los militares los que se hagan cargo de la lucha que nosotros hemos hecho", dijo a radio Fides el activista Franco Yáñez, líder del grupo denominado Resistencia Zero que ejerció la medida de presión.
El bloqueo o "vigilia" de la residencia diplomática en un exclusivo barrio residencial de La Paz fue iniciado a fines de diciembre y siguió invariable durante la cuarentena contra la pandemia de COVID-19, con la vigilancia tolerante de la policía que también mantiene un cerco a la embajada.
Los activistas se apostaron en el ingreso a la residencia con el declarado propósito de impedir la salida hacia el exilio de media docena de destacados miembros del pasado Gobierno de Evo Morales (2006-2019), que buscaron refugio en la representación mexicana tras el golpe de Estado de noviembre pasado.
Yáñez dijo que los bloqueadores se sentían "utilizados por políticos", en aparente referencia a recientes acuerdos para realizar en septiembre elecciones generales en las que participará el Movimiento Al Socialismo (MAS) de Morales.
Durante el bloqueo, los activistas se tomaron la atribución de inspeccionar todos los vehículos, inclusive diplomáticos, que ingresaban o salían de la embajada.
La situación de los refugiados, a quienes el Gobierno de Áñez se niega a dar salvocunductos hacia el exilio, ha provocado roces diplomáticos entre Bolivia y México, cuyas relaciones se mantienen ahora a nivel de encargados de negocios.