"Antes de la guerra trabajaba en la municipalidad de Palmira, recogía la basura en la ciudad. Cuando ISIS tomó Palmira, los terroristas conminaron a todos los obreros a unirse al grupo, sino serían decapitados. No teníamos otra opción", dice Saud.
Cuenta que se vio obligado a incorporarse a ISIS en 2015. Los terroristas, afirma, reclutaron a muchos habitantes de Palmira para que lleven fuera de la ciudad los cadáveres de los civiles y de los soldados asesinados.
Entre los integrantes de ISIS, asegura, se encontraban muchos extranjeros.
Saud desertó de las filas yihadistas en 2016 cuando los terroristas asesinaron a su hermano al que consideraban traidor por su pasado militar.
Huyó a Al Raqa, luego se trasladó a Al Tanaf, localidad en la que se encuentra la base militar de las tropas estadounidenses. Saud debía patrullar el territorio alrededor de la instalación estadounidense.
"No hubo ningún entrenamiento. Ingresé e inmediatamente comencé a robar a los beduinos. Les quitábamos el agua y objetos de metal que después vendíamos. Nuestro jefe era un sirio, era un delincuente, vendía drogas y armas. Me pagaban 300 dólares mensuales. Los estadounidenses le pagaban a nuestro jefe y luego él nos repartía", relata Saud.
Contactos con la inteligencia británica
"Decidí volver a mi ciudad natal. Los británicos se enteraron de ello a través de sus intermediarios y me dijeron que iba a trabajar para ellos como espía", relata Saud a periodistas de Rusia.
El hombre afirma que los británicos le ofrecieron dinero y le ordenaron fotografiar instalaciones importantes de la inteligencia siria y de los militares rusos y sirios.
"Tenía que enviarles las imágenes por Internet", agrega.
El exyihadista cuenta que los británicos querían información detallada sobre la vigilancia de las instalaciones rusas y sirias para perpetrar después actos terroristas. Los agentes británicos, dice Saud, designaron como jefe del grupo de espías a un guía de turismo de Palmira que sabía varios idiomas.
El hombre confirmó que el servicio secreto sirio logró capturar a unos de los espías.
La politóloga Karine Guevorguián aclaró a los periodistas que la presencia de las fuerzas británicas se conoce desde hace tiempo.
"Los instructores británicos (...) enseñaban cómo hacer fortificaciones. Los yihadistas de ISIS hicieron todos los túneles con las instrucciones de los británicos (...) Además les enseñaron a hacer artilugios de artillería con medios caseros (...) es lo que saben hacer y siempre se dedicaron a ello", aseguró Guevorguián.
El politólogo Andréi Manoilo cree que solo un 10% de los espías consigue información concreta para la inteligencia británica Mi-6 y la CIA.