En España, el movimiento feminista es uno de los más grandes y organizados del país, una referencia mundial que tiene una gran capacidad de convocatoria y movilización.
"La mujer durante el franquismo se convirtió en alguien que no existía. No se le permitía trabajar, se le obligaba a acudir al servicio religioso, el divorcio no existía. El franquismo fue uno de los regímenes más crueles contra la mujer que haya existido en el siglo XX", explica Cristina Fallarás, periodista, escritora y defensora de los derechos de la mujer.
Aunque oficialmente el franquismo terminó y hoy en día ellas representan el 50,98% de la población, para las españolas no ha sido nada fácil defender sus derechos como sujetos políticos y sociales. Desde Vox y el Partido Popular les llaman feminazis por denunciar, entre otras cosas, el auge de las violaciones grupales y el asesinato de mujeres en manos de sus parejas, que desde 2003 suman unas 1.053 asesinadas. Pero, además, desde mediados de marzo, los sectores más conservadores las señalan como propagadoras del COVID-19, un virus que ha provocado la muerte de más de 27.000 personas en el país.
La acusación contra el movimiento feminista se inició días después de declararse el estado de alarma el pasado 14 de marzo. Dirigentes y seguidores de Vox y del Partido Popular acusaron al Gobierno de irresponsable por permitir la macha feminista que, según ellos, se había convertido en un "infectódromo".
"Vox retoma los postulados del franquismo, construye todo un relato obsesivo contra el feminismo y lo cristaliza este 8M. Ellos vieron una oportunidad, que tal vez no volverán a tener, para darle un golpe gordo al feminismo, con ayuda del PP y de toda la red del lobby de la Iglesia católica que en España es poderosísimo y penetra en muchos sectores, como los medios de comunicación", apunta Fallarás.
La investigación 8M
Este señalamiento que se dio en medio de los acalorados debates políticos tomó otra dimensión el pasado 25 de mayo, cuando la magistrada Carmen Rodríguez-Medel citó como imputado al delegado del Gobierno en la Comunidad de Madrid por presunta prevaricación omisiva, es decir, por no haber prohibido actos multitudinarios, como la marcha del 8M antes de declararse el estado de alarma.
Para Bosch, detrás de esta acusación contra las feministas hay intereses ocultos.
"Para esa fecha, millones de alumnos seguían en las escuelas, institutos, universidades, millones de personas se trasladaban en los transportes públicos, todo el mundo asistía a sus centros de trabajo, hubo partidos de fútbol, actividades políticas, religiosas. Por tanto, focalizar una manifestación, cuando hubo muchas esos días, demuestra esas ganas de utilizar esa situación para intentar desprestigiar al movimiento feminista por su actividad como agente de cambio en los últimos años y para intentar atacar a un Gobierno que tiene sus simpatías con este movimiento feminista"
No hay pandemia sin chivos expiatorios. En la peste negra del siglo XIV se culpó a los judíos. La gripe de 1918 se endosó en falso internacionalmente a los españoles. En la Covid-19 aquí se embiste contra las feministas. Los siglos pasan, pero la estupidez humana permanece.
— Joaquim Bosch (@JoaquimBoschGra) May 28, 2020
Bosch recuerda que esta maniobra política-jurídica se ha repetido a lo largo de la historia.
"Hay situaciones sociales que provocan miedos, incertidumbres e inestabilidad social y suelen utilizarse para cargar contra quienes se consideran enemigos, sobre todo en contextos de confusión, como sería una pandemia. En ese tipo de situaciones se suelen buscar chivos expiatorios y en este caso hay sectores de la sociedad española, sobre todo los más conservadores, que han buscado como chivo expiatorio al movimiento feminista", apunta el magistrado Bosch.
Desde la Comisión 8M, encargada de la organización de la marcha, denuncian "maniobras políticas" para neutralizar a todo un movimiento social que, además de reivindicaciones para las mujeres, exige garantizar derechos para toda la ciudadanía como: sanidad pública, educación y derechos laborales.
La Comisión 8M denuncia haber sufrido acoso y presión para hacer declaraciones policiales en pleno estado de alarma. Insisten que quienes las acusan "intentan manipular la realidad con informes falsos y maniobras políticas".
A su vez, el diario El Plural, denuncia que el informe forense también está lleno de inexactitudes y mentiras, y que fue realizado por un médico que ha participado en varias conferencias de la organización ultra-católica Los Legionarios de Cristo y cuya hermana fue multada en 2019 por ofrecer terapias para curar la homosexualidad. Para la Abogacía del Estado, estos dos informes tienen un "claro sesgo acusatorio" que "carece de evidencias científicas o técnicas".
Ataque histórico
Las mujeres organizadas en el feminismo aseguran que esta investigación que las pone en la mira no es un ataque coyuntural, sino "estructural e histórico", como lo define la periodista Cristina Fallarás.
"Está demostrado con datos oficiales que el porcentaje de denuncias falsas es irrelevante, un 0,01%. Está en la misma línea que otras denuncias falsas, como la que maridos presentan contra sus esposas o como las personas que fingen el robo del celular para cobrar el seguro. No es cierto que exista un problema de denuncias falsas, además, en España las denuncias falsas son delito y a la vista está el número de condenas bajísimas. Lo que sí es un serio problema en nuestro país es la violencia machista. Desde que tenemos datos estadísticos más de 1.000 mujeres han sido asesinadas y cada año son condenados más de 30.000 hombres por violencia machista y que requieren medidas de protección para las mujeres", precisa el magistrado Bosch.
"Me parece un error querer tratar de manera conjunta lo que es diferente. Hay poco porcentaje de violencia familiar y un alto porcentaje de violencia machista. Por lo tanto, diluir ese porcentaje mayoritario de un 85% de violencia machista con un 15% de violencia familiar volvería a invisibilizar la violencia contra las mujeres como pasaba antes de que hubiera una legislación de protección, que es lo que siempre han deseado los machistas", argumenta Bosch.
La periodista y escritora Cristina Fallarás alerta el peligro que esconde el discurso de Vox contra las mujeres.
Javier Negre afirmó en televisión, mirándome a la cara, que las feministas tenemos la culpa de las muertes por coronavirus.
— Cristina Fallarás (@LaFallaras) May 31, 2020
A los dos días, un hombre me siguió por la calle, en Chamberí, llamándome asesina.
Ayer volvió a suceder.
Negre señala. Yo tengo miedo.
Y ahora, ¿qué?
"Vox ha conseguido cambiar el machismo por misoginia y esto es muy peligroso porque es el odio a la mujer que entronca con la tradición franquista de sometimiento a la mujer. Empieza a haber ahora una juventud de extrema derecha que construye su mensaje a partir del odio visceral contra la mujer como sujeto político. Es muy peligroso. Lo hacen porque saben que la mujer como sujeto político es la que ha introducido en España los mayores cambios que ha habido en esta democracia como leyes educativas, sobre divorcio, el aborto, leyes de carácter social que socavan el patriarcado, sin duda", explica Fallarás.
"Buscan desactivar un movimiento que es político, al margen de los partidos, pero que es político porque busca la transformación social y que cada día crece y tiene mayor impulso en las nuevas generaciones y en los hombres, porque muchos hombres se están uniendo al movimiento feminista, que entienden nuestro discurso y elaboran el suyo propio, y eso a ellos les da mucho miedo, les aterroriza ¿y qué hacen? Volver a activar toda esa maquinaria para criminalizarnos y hacer creer que nosotras hemos matado a la humanidad por habernos reunido el 8 de marzo", alerta Sonia Vivas, quien fue una de las denunciantes del Caso Cuso Cursach, un entramado de corrupción, tráfico de menores, homicidio, trata de mujeres, tenencia ilícita de armas y tráfico de influencias que involucró a diferentes personalidades en Palma de Mallorca.
Atacan a Irene Montero para destrozar el movimiento feminista y culparlo de los contagios. No olvidéis que la violencia que ella recibe va dirigida a todas nosotras,que es colectiva,que el mensaje para criminalizarnos busca matar la cabeza para seguir bajando
— Vivas (@SoniaVivasRive3) June 1, 2020
Vivas asegura que pese a las presiones y al acoso que denuncian, ellas se mantendrán en pie.
"Ellos están utilizando métodos violentos porque mentir es violento, criminalizar es violento, utilizar el poder que tienes para hacer daño a un movimiento social es violento. Pero los enfrentaremos como lo hemos hecho siempre: resistiendo, estando juntas, unidas. Toca entender que estamos en el punto de mira, que la cosa es muy seria, que los reaccionarios están gritando muy fuerte. Tenemos que estar más unidas que nunca porque lo que tenemos adelante es un animal muy grande que no está solo y que tiene nexos en Estados Unidos, Brasil y con figuras como Le Pen", advierte Vivas.
Y así como en los años 30 las mujeres españolas lograron durante la II República convertirse en una vanguardia y en una referencia mundial al lograr el derecho al voto, a la participación política y a ser electas en cargos de representación pública, ocho décadas después, otra vez las mujeres españolas están en la vanguardia no solo en legislación, sino en la lucha por terminar de enterrar los vicios que dejó la dictadura franquista y construir una sociedad que garantice una vida digna y justa para todos y todas. Rosa Luxemburgo decía que quien no se mueve, no siente las cadenas, y las feministas en España están demostrando que, aunque les muestren las cadenas, ellas no pararán.