Después de varios meses de muy pocas manchas solares y poca actividad solar, los científicos están vigilando este nuevo cúmulo para ver si crece o desaparece rápidamente. Las manchas solares podrían ser precursoras de que el ciclo solar del Sol se acelere y se vuelva más activo, señala la agencia espacial estadounidense en un comunicado.
A medida que el Sol se mueve a través de su ciclo natural de 11 años, en el que su actividad sube y baja, las manchas solares también suben y bajan en número. La NASA rastrea las manchas solares para determinar y predecir el progreso del ciclo solar y la actividad solar. Actualmente, los científicos están prestando mucha atención al número de manchas solares ya que es clave para determinar las fechas del mínimo solar, es decir, su fase menos activa.
La nueva erupción de la manchas solares ha sido relativamente pequeña, según la NASA que la califica como la clase M.
Las erupciones solares son potentes estallidos de radiación. La radiación dañina no puede atravesar la atmósfera de la Tierra para afectar físicamente a los humanos en el suelo, sin embargo, cuando es lo suficientemente intensa, puede perturbar la atmósfera en la capa donde viajan las señales del GPS y las comunicaciones. La intensidad de la reciente erupción estaba por debajo del umbral que podría afectar al espacio geomagnético, asegura la agencia.
Sin embargo, fue la primera erupción de la clase M desde octubre de 2017. Por lo tanto, los científicos estarán observando para ver si el Sol está realmente empezando a despertar.