Entre la dialéctica y la censura, así está transcurriendo el rifirrafe trascendente entre el presidente Trump y la red social Twitter, principal altavoz de las en ocasiones disparatadas ideas del mandatario más dicharachero de la historia de este país.
La trifulca comenzó el martes pasado (el 26 de mayo) cuando la red social añadió a un tuit de Trump sobre la posibilidad de que se produzca un fraude en el voto por correo en las próximas elecciones una advertencia al usuario sobre posible contenido engañoso. La etiqueta decía: "Entérate de los hechos acerca del voto por correo" y una serie de hiperlinks a noticias que califican de falso el tuit de Trump. Y esa fue la chispa que incendió la pradera.
Esta primera acción de Twitter contra el contenido de Trump supuso todo un giro en la política que hasta ahora aplicaba la red social, reticente a censurar o matizar al presidente de los EEUU, pero muy ducha y rápida en censurar a otros mandatarios como el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, o el venezolano, Nicolás Maduro, cuyos tuits sobre el coronavirus fueron borrados recientemente por difundir información falsa.
A golpe de decreto
A Trump no le hizo mucha gracia que le pusieran una etiqueta de contenido potencialmente falso en su comentario y su respuesta no se hizo esperar. El jueves el mandatario firmó una orden ejecutiva que limita el amparamiento legal del que gozan las redes sociales y que se traduce en que pueden restringir el acceso a cualquier información que consideren inaceptable sin violar por ello la primera enmienda de los EEUU, que ampara los derechos a la libertad de religión y expresión.
Después del mencionado anuncio de Trump, Twitter desafió al presidente y se apresuró a redoblar las etiquetas en cientos de tuits que han alcanzado hasta al portavoz del Ministerio de Exteriores de China, Zhao Lijian, que sugirió en la red social que el coronavirus pudo haberse originado en EEUU y pudo ser traído a China por militares estadounidenses.
✒️ FIRMAS por: Alfredo Jalife-Rahme
— Sputnik Mundo (@SputnikMundo) April 26, 2019
Los poderes que controlan @Twitter https://t.co/f2cOxqlSab
Una amenaza hecha realidad
Twitter ya advirtió el año pasado que etiquetaría los tuits de líderes mundiales con una advertencia si sus mensajes incitaban al acoso o la violencia. En el caso de Maduro y Bolsonaro fueron directamente eliminados sin que se cumpliera ninguna de estas premisas pero este viernes la red pudo aplicar esta amenaza al etiquetar por "glorificar la violencia" un tuit de Trump sobre los altercados que tienen lugar en Mineápolis a raíz de la muerte de un afroamericano.
El tuit decía así: "(…) Estos macarras (en referencia a los que participan en los disturbios) están deshonrando la memoria de George Floyd (el ciudadano muerto a manos de la policía) y no voy a dejar que esto ocurra. Acabo de hablar con el gobernador Tim Walz y le he dicho que los militares están con él hasta el final. Cualquier dificultad y asumiremos el control pero cuando el saqueo comienza, comienzan los disparos".
Twitter escondió el citado mensaje y para poder leerlo el usuario primero debe pasar por una advertencia que reza: "Este tuit violó las reglas de Twitter sobre glorificar la violencia. Sin embargo, Twitter ha decidido que puede ser de interés público que el tuit permanezca accesible".
Ha tenido que experimentar en sus propias carnes el presidente de los EEUU una censura tecnológica que lleva años aplicándose para que se tomen cartas en el asunto en defensa de uno de los pilares básicos de la democracia: la libertad de expresión.
