La temeridad de la Justicia alemana demuestra que ese país ya no es tan disciplinado ante las autoridades europeas, si es que alguna vez lo fue, por ser de facto el mandamás de una unión sin unión. La última bomba que estalló en Europa la lanzó el Tribunal Constitucional de Alemania sobre el Banco Central Europeo, pero con una devastadora onda expansiva que alcanza no sólo al Tribunal Europeo, máxima autoridad de justicia del bloque, sino también a los 'sospechosos de siempre': los países considerados 'de la periferia', especialmente España e Italia.
La 'ocurrencia' es como sigue: Karlsruhe —como se le llama de forma coloquial a ese tribunal alemán— declaró ilegal el programa de compra de deuda pública [PSPP] lanzado en 2015 por el entonces presidente del BCE Mario Draghi que logró salvar a los países más ahogados por la crisis desatada en 2008. Siete de los ocho jueces dictaminaron que el BCE violó el principio de proporcionalidad que manda la Constitución de Alemania.
"Esto pone en jaque y pone en entredicho la manera de operar de la Unión Europea como lo ha hecho hasta este momento, y sobre todo viniendo desde Alemania que es un país que históricamente en muchos temas siempre es de los más europeístas", subraya el Dr. en Geopolítica Rolando Dromundo.
Si no fuera por el reguero de muerte y destrucción que provocó Alemania en la Segunda Guerra Mundial, hablar de "perjuicios ocasionados a los ahorradores y bancos alemanes" sería para echarse a reír, viniendo de donde viene. Un país al que tras desatar la mayor conflagración del siglo XX, le perdonaron más del 60% de su deuda para que saliera de la ruina y miseria en la que se había colocado a sí mismo por tanta irresponsabilidad. Su memoria selectiva le hace letal con quienes una vez le perdonaron para que fuera el país que es hoy. Lo que se traduce en: 'lo que es tuyo es mío, y lo que es mío, es mío'.
La del Tribunal alemán es una afrenta y un desacato en toda regla ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea que en diciembre del 2018 avaló la legalidad de la compra de deuda que hoy denuncia. Y como no hay peor astilla que la del mismo palo, Ursula von der Leyen le salió rana a Alemania para sus intereses.
Entonces, la canciller Angela Merkel, quiere hacer caminar por el filo de una hoja de afeitar, tanto al Banco Central Europeo, como al Bundesbank. Su salida, que tiene poco de salomónica, invita a que "El BCE podría explicar su programa de compra de activos al Bundesbank, que serviría de intermediario al Parlamento alemán". Mientras, el portavoz de Merkel, Steffen Seibert, dijo que el gobierno —el de Merkel— no ve el fallo del Tribunal alemán como una violación a la autoridad del Tribunal de Justicia de la Unión Europea.
"En este caso es muy grave porque tiene que ver con lo que es la compra de deuda que es uno de los elementos fundamentales de aquellos que quieren crear los eurobonos, crear una serie de maneras de poder solidarizar o repartir la deuda entre los países de la eurozona para poder de esta manera tener políticas de crecimiento y desarrollo de manera conjunta", sentencia el Dr. Rolando Dromundo.