Hace pocas semanas Netflix estrenó Valeria, comedia española que despertó inquietud en el público por el síndrome del impostor, trastorno que dice padecer su protagonista. Al no poder escribir su libro, comienza a dudar de su talento y se pregunta si no será una impostora.
No lo sufren solo las personas muy exitosas, sino que se puede ver reflejado en cualquier situación cotidiana. Pone como ejemplo el de un estudiante que prepara muy bien un examen, obtiene un buen resultado pero luego lo atribuye a la suerte y no a su propia capacidad.
En cuanto a las causas, la psicóloga sostiene que cada caso es particular pero que, en general, estas se remontan a la infancia y a la exigencia impuesta por los padres. Si estos nunca estaban satisfechos con sus logros, o descreían de ellos, hay una mayor probabilidad de que de adulto se desarrolle el síndrome del impostor.
En Coaching Club ven este síndrome sobre todo en mujeres de entre 30 y 50 años y para tratarlo realizan tanto sesiones de terapia grupales como individuales. En las primeras organizan dinámicas lúdicas para que los pacientes logren darse cuenta de que están negando sus propios éxitos y capacidades.